!Que me muero! le dice el olivo al viento
y éste, poniéndose en movimiento,
le pregunta el por qué…
!Porque estoy sediento!.
Ya lo sé, le contesta el viento,
mas yo le daré alimento
a tu ser.
Y unas gotitas de lluvia ligera
acarician la cimera
del viejo olivo ceniciento.
!Las verdes olivas primeras
brillan bajo el firmamento!.
Me gusta esa complicidad entre el hombre y la naturaleza. La tierra nos da aquello que es bueno para cada uno de nosotros, solamente hay que saberlo encontrar.
¡Disfruté mucho con tu poesía!.
Un beso.
Cuanta imaginación! Estuvo ingenioso