La sed de las aceitunas

!Que me muero! le dice el olivo al viento
y éste, poniéndose en movimiento,
le pregunta el por qué…

!Porque estoy sediento!.

Ya lo sé, le contesta el viento,
mas yo le daré alimento
a tu ser.

Y unas gotitas de lluvia ligera
acarician la cimera
del viejo olivo ceniciento.
!Las verdes olivas primeras
brillan bajo el firmamento!.

2 comentarios sobre “La sed de las aceitunas”

  1. Me gusta esa complicidad entre el hombre y la naturaleza. La tierra nos da aquello que es bueno para cada uno de nosotros, solamente hay que saberlo encontrar.

    ¡Disfruté mucho con tu poesía!.

    Un beso.

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