Cinco hombres habituaban reunirse por las tardes en la plaza del pueblo. Sus pláticas eran disímiles, simpáticas, interminables. Pasaban largas horas conversando sin acusar cansancio. Sólo volvían a sus casas bien entrada la noche. Y así, la rutina transcurría sin que nada amenazase el orden habitual que habían instaurado en sus tertulias.
Y sin embargo, cierta vez, uno de los hombres se percató de un hecho curioso: frente a él, frente a los ojos de los cinco individuos de siempre, marcando la derecha con un leve temblor, aparecía una sexta sombra, llamándolo, turbándolo, sacándolo de sí. Confuso, o agobiado por el desconcierto, buscó a su compañero más cercano, y, con un tono sordo, algo apagado, le dijo: ‘’¿A quién le pertenece aquella sombra?’’ Y el otro hombre respondió: ‘’¡Quién sabe!’’.
Ambos, motivados por la duda, se acercaron a otro de sus compañeros y le preguntaron por la sexta sombra, a lo que él les contestó: ‘’Quién sabe’’.
Entonces, bastante preocupados, los tres se agazaparon sobre el cuarto individuo y le dijeron: ‘’¿Sabes tú a quién pertenece aquella sombra que hoy nos acompaña inusitadamente?’’. Y el cuarto hombre contestó: ‘‘¡Quién sabe!’’.
Alarmados todos, se acercaron al último individuo, y con voz rigurosa y sin pausas, preguntáronle al unísono: ‘’¿A quién le pertenece aquella sombra y qué pretende de nosotros?’’. La respuesta fue la misma.
Por fin, los cinco hombres, armados de valor, se acercaron al dueño de la sombra, y, con los rostros pesarosos y contritos, bajando la mirada por momentos, le dijeron: ‘’Díganos, Señor, exactamente, ¿quién es usted y qué es lo que pretende de nosotros?’’.
El dueño de la sombra, sin alzar la vista, con un tono apacible y moviendo una antigua moneda entre sus dedos, contestó: ‘’¡Quién sabe!’’.
Lima, octubre de 2006.
Tiene tu texto un fino y bien trazado estilo narrativo. Planteas una alternativa temática realmente sugestiva y me gusta tu manera de expresar el final con leve movimiento en círculo sobre el punto central del eje de la narración. Escribes muy bien. Bienvenido y saludos cordiales.