“- Escríbalo. Dígalo, es la única manera.
– No sé, quizá si…”
Acerqué mi alma… mi alma,
la acerqué a tu vida;
pero yo no existía entonces,
y nos separaban mil barreras…
“- Siento que no puedo… seguir.
– Has de progresar.”
Y grité “estoy aquí,
solo has de mirar por el cristal.”
Pero yo no me quería entonces,
y la vida me dolía de veras…
Las lágrimas caían por mi cara, sin entender nada.
“- Y di, que más.
– Queda poco ya.- dije.”
Entonces, un día, el cristal se rompió,
y tú descubriste que yo estaba al otro lado
y alzaste los brazos, y yo los recibí
como si nunca antes los hubiera tocado
como si nunca te hubiese echado
[De menos.
Y hablé: “te quiero…”
Tu relato es estupendo y se comprende perfectamente.
Empezando con la crítica constructiva, y siempre persiguiendo la inexistente perfección (a sabiendas de que debemos perseguirla aunque no exista) un pequeño detalle. En la penúltima frase: “(De menos.” creo que deberías haber cerrado el paréntesis. “(De menos)”. Es irrelevante, pero ¿qué piensas?
Un saludo, Ismael.
Si, es que lo original era que ese “[de menos.” quedase un renglón bajo “echado”, pero un poco a la derecha, como he visto en algunas poemas que se hace. Lo típico de (a ver si aquí se queda):
Bla bla bla bla, bla(y justo aquí debajo de estas letras el resto con [) No se si me explico.
Pero bueno automáticamente se quedó como ves escrito asi que lo dejé así. Un saludillo y gracias.