La Veleta

Gira y gira la veleta veleidosa
al vaivén de los vientos de la vida
y cambian los sentidos de la traída
experiencia madura o vanidosa.

La veleta se transforma en rosa
abierta a la musa distraída
y se vuelve manera contraída
en época de angustia primorosa.

La veleta sigue y sigue tendenciosa
a cambiar la forma definida
por el tiempo y su palabra contenida.

Y es la veleta una etérea cosa
que une su verbo a la extendida
posición de la meta perseguida.

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