La vida se va… se va… se va… poco a poco… lentamente… silbando una canción de existencia humana. La vida se va… se va… se va… mientras los ruídos de las fichas del dominó cantan su canción. Y mientras la vida se va, la “blanca blanca” va recobrando cada vez más valor mientras el “seis seis” se pierde lentamente en el olvido.
La “blanca blanca” sueña sobre la mesa… esperando sencillamente… mientras el “seis-seis” se escurre nervioso entre los dedos. Hay fuerza y ritmo en la vida. Hay fuerza, ritmo y la energía suficiente como para decir: “Esto sí es en verdad lo que Jesús decía”.
Y la “blanca-blanca” sigue soñando… soñando… soñando… cada vez con más vida en las manos del afortunado jugador… mientras el “seis-seis” va muriendo… muriendo… muriendo… en las temblorosas y sudorosas manos de jugador desafortunado.
El dominó de la vida es sencillamente así.