La vida y Saramago

Lo más interesante de la escritura es que cada persona puede expresar sentimientos libres y determinantes en su propia forma y manera de ver y medir las cosas. Hace unos días escribí sobre lo que el escritor Javier Marías decía sobre la vida humana (“Es una mala novela por lo que tiene de caótica y ridícula”) y lo contrapuse con lo que supone la vida para mi amigo El Relojero de Manila (todo historia personal y contenido pleno de aventura real). Para mí, opinaba yo, la vida es una completa y compleja novela llena de matices que nos enriquece y nos estimula a la creación diaria. En un comentario que hizo Carolina (del Vorem) explicaba que la vida es una novela por lo que tiene de interés en el plano de lo subjetivo. Ella entendía así la manera de ser y actuar de las personas y expresaba lo que para ella supone estar presente y viviente. Hacaria (también del Vorem) matizaba que su opinión era un intermedio: la vida a veces puede ser novela y a veces no. Todo depende de lo que podemos escribir, borrar o no borrar. Ambos comentarios estaban llenos de interés porque suponen reflexiones con contenido directo de personas que viven.

Resulta que ahora leo en El País del pasado 26 de enero lo que el escritor José Saramago expresa sobre la vida. Para él la vida humana es un enorme río de experiencias que arrancan y se fundamentan en la infancia y, por supuesto, es la mayor ficción posible. Deduzco, a manera personal, que la vida de un ser humano, de todos nosotros y nosotras los habitantes de un momento histórico, es una verdadera información de sensaciones, una historia con leyendas persoanles y emocionales que hilvanan secuencias fragmentadas y discontinuas las cuales, al ser observadas por el ritmo discontinuo de nuestros recuerdos, la transforma en novela, en oficio literario, en viaje iniciático que podemos novelar a manera de testamento “espiritual” y proyección simbólica persistente. Prolongar en nuestra memoria las esencias de lo que hemos vivido y llevarlo al papel de la literatura es novelar. En realidad toda la literatura humana universal sólo es expresión novelada de la propia vida.

6 comentarios sobre “La vida y Saramago”

  1. Saludos….ya parece que dispongo de tiempo. Muchas gracias por tus comentarios Diesel!

    Siempre he sentido que la vida empieza cuando te das cuenta que vives. Saramago se mueve en un torrente de interpretaciones, unas vivenciales y otras…creatvas y literarias. El vivir no es del todo la vida, ni el existir supone un plan de amargura proyectada. Las vidas son los rios que van a dar en la mar….que es el morir (parafraseando a Jorge Manrique). Sin duda siempre ns es grata percibir las sensaciones de vida de los demás. Un especial saludo.

  2. Yo también opino igual. La novela, el relato, el poema o la reflexión es un signo de que la vida de cualquier humano es literatura tamizada por las experiencias vividas, sentidas e incluso ideadas o soñadas.

  3. La vida es un fluir, es como dice Saramago, un enorme río, y termina desembocando, lo principal creo yo, es saber fluir, no dejarse llevar por la corriente.
    Tú eres como un gran mar, grande.
    Besos, Diesel.

  4. ¿ Qué és la vida? Para mí, una obra de teatro sin descanso, sin guión. Un cielo azul raso y un gris encapotado. Un bonito sueño, y una terrible pesadilla. Y nosotros pequeñas marionetas con hilos más o menos grueso bailando a su són. Una de cal, otra de arena. Cara y cruz.
    Polo norte, polo sur. Complicada y caprichosa la vida. Cuesta mucho luchar contra corriente, también cuesta dejarse llevar. Cada uno hablará de la vida según hayan sido sus vivencias y circunstancias. Yo he aprendido, que de todo se sale, que es mejor ser positivo y optimista para enfrentar mejor las tormentas, que sólo vivimos una vez y que por todos los medios debemos de hacerla fácil y agradable a los demás y sobre todo a nosotros mismos. Aunque a veces, se me haga muy difcil tirar p`alante. Alaia

Deja una respuesta