La vidaen un eco

Un eco. Sólo un eco. Y después se cierra el callejón y nadie que llegue atrasado entra ya. Todo esto es, en realidad, un momento entretenido, detenido y sostenido, por el reloj alargado de los años enmarcados en la telaraña del preámbulo de los paréntesis de la existencia. Un eco. Sólo eso. Un eco prolongado a través del callejón del ardor de las exhalaciones de las horas y los minutos; acompañado y ocupado, eso sí, por los aromas del tiempo dispersando todas las esencias que adornan este callejón de los discursos de las vidas de los simplemente humanos.

Por un lado, la entrada es amplia y generosa. Por el otro, por el colindante con el extremo opuesto, se va estrechando hasta quedar reducido a un círculo cerrado cuyo punto concéntrico es, en medio del espacio vital, ese estar dentro (y quedarnos dentro) de esta exhalación de aromas que es nuestra existencia.

Pertenecer al mundo consiste en ser reconocido como un peldaño más para superar la entrada que hay detrás de las cortinas. Sí. A través de ese cortinaje el eco es el pulso y los latidos de nuestro estar aquí, en el corredor metafórico y mediático de este callejón donde la vida se nos hace un descubrir sensaciones.

4 comentarios sobre “La vidaen un eco”

  1. Que hermosa definición has hecho del lugar donde conflñuyen todos los sentimientos latentes de las personas que forman ( o formamos)la esencia de la vida.

    Disfruto mucho con la lectura de tus reflexiones.
    Un barazo

  2. !!Jajajajaja!!. Tanata nos sigue a todas `partes Wersi… quizás nos haga escribir un día de estos “te envío un feliz “embarazo” porTanata me hace reir… Bueno, gracias por tu amable comentario y efgectivamente la vida es una encrucijada de esencia donde nuestros pensamientos tienen feliz cabida. Un besote, linda.

  3. Buena reflexión amigo. Y después se cierra el callejón y nadie que llegue atrasado entra ya. Esto me hace recordar a la frenética carrera de un millón de espermatozoides en busca del ansiado óvulo para formar una nueva vida, pero de ese millón solo uno ganara, quedando los demás condenados a la nada.
    Un placer pasar por tus letras amigo, Alborjense

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