Una de las cosas más interesantes e importantes que aprendí siendo recluta en el CIR número 2, de Alcalá de Henares (Madrid), donde estuve cumpliendo con mis deberes para con la Patria (Servicio Militar Obligatorio) fue saber qué eran las letrinas, para qué servían las letrinas y cómo hacer buen uso de las letrinas. Lugares ceremoniosos (donde todos acudíamos cuando las necesidades de pensar, razonar y meditar, se imponían a cualquier otro asunto), eran las letrinas especies de confesionarios donde todos los reclutas confesábamos nuestras debilidades y nuestras flaquezas. Allí, en medio de la soledad más absoluta, todos pensábamos y repensábamos sobre cuál iba a ser nuestro posterior destino, cuando ya pasáramos de reclutas a soldados tras la Jura de la Bandera, y cuál iba a ser nuestro futuro como hombres avezados ya tras aquellas condenas de 3 meses de libertad condicionada.
Quienes no hayan tenido la agradable experiencia de saber qué eran las letrinas, para qué servían las letrinas y cómo usar adecuadamente las letrinas, se han perdido una de las cosas más atrayentes que se pueden conocer en la vida castrense. En aquellas letrinas todos los reclutas pasábamos largos minutos pensando, dialogando con nosotros mismos y aprendiendo a desarrollar nuestros “yos” de manera apacible y tranquila… salvo por la inefable e inevitable presencia de los mosquitos trompeteros que volaban ante nuestras presencias corporales mientras cumplíoamos con nuestras necesidades de concentrarnos debidamente, en cuclillas o en pie, para acertar con el agujero.
Lo más trágico era cuando descubrías que no había papel o que el papel se había agotado.¿Qué hacer en esos casos en que ya habíamos confesado nuestras inquietudes y nos encontrábamos con que no había papel a nuestra disposición? Para evitar tal tragedia había que ser sumamente precavido antes de usar las letrinas. Era una gran idea llevar siempre un largo poema escrito y dedicado a alguna de nuestras novias imaginadas e imaginarias; porque la imaginación también sirve para casos de urgencia perentoria. Si llevabas el largo poema dirigido a alguna de nuestras novias imaginadas e imaginarias en, pongamos por ejemplo,dos folios completos, la solución era usarlos sin más contemplaciones aunque la nostalgia se apoderase de nuestros compungidos corazones. Si no eras poeta y no tenías poemas escritos a tus novias imaginadas e imaginarias, y de imaginarias sabíamos ya un mogollón, era muy importante llevar el folio del llamamiento a filas para hacer un buen uso de dicho papel cuando ya habíamos terminado de usar las letrinas.
Nota Cultural de Obligado Conocimiento: La letrina o retrete es un espacio destinado a defecar. La correcta disposición de las excretas es fundamental para preservar la salud de las comunidades rurales y urbanas. Mientras en las ciudades la solución ideal es la recolección de las aguas negras o servidas por medio de una red de alcantarillado y el posterior tratamiento en plantas de tratamiento de aguas servidas, en las áreas rurales,con poca densidad de población, la solución técnica y económicamente más viable es la letrina.