Las musas perdidas

Cuando llega la noche y me abandona el día
me dejo guiar en un cielo de estrellas y musas,
pero esta noche me niegan su compañía.
Hoy solo existe para mí el sonido de un reloj,
que a mi mirada permanece escondido
para convertirse en un pequeño corazón.

Qué leves y pausados son sus latidos!
que van desgranando y devorando el tiempo
partiendo nuestra vida en pedacitos.
No pierdo la esperanza y sigo esperando
a que mis musas encuentren el camino,
puede que ellas aún no me hayan abandonado,
puede que solo caminen despacio.

4 comentarios sobre “Las musas perdidas”

  1. Contesto públicamente a tu pregunta. en toda musa propuesta como dilema existencial (como ocurre en tu magnñifico poema) existe el origen de una reflexión que luego la enhebramos en el pensamiento poético. Podemos hablar de ello largamente, Nocturan. Es mi propia experiencia la que me hace decirlo y por supuesto sólo tiene valor relativo… unn abrazo…

Deja una respuesta