Las visiones poéticas de Unamuno

Miguel de Unamuno es muy conocido en la literatura universal fundamentalmente como novelista y como ensayista, pero posee, igualmente (aunque no tan conocido por algunos lectores) una gran cantidad de obra poética. Y como poeta es también punto clave y referencial para la evolución de la poesía española del siglo XX. Una referencia básica para otros poetas como el mismísimo Antonio Machado.

Unamuno tuvo una alta producción de libros de poesía: Poemas, Reunión de sonetos líricos, El Cristo de Velázquez, Andanzas y visiones españolas, Rimas de dentro, Teresa, De Fuerteventura a París, Romances del destierro y, sobre todo, su póstumo Cancionero donde se recogen hasta un total de 1.756 poemas.

Los analistas que han estudiado la obra poética de Unamuno (entre ellos Ángel del Río, José maría Valverde, Carlos París y Luis Felipe Vivanco) han observado, cada vez con mayor claridad, el gran valor que este autor tiene, como poeta, en el pensamiento español de la Generación del 98. Porque la poesía de Unamuno, como ocurre con la de Valle-Inclán, participó de la evolución de los temas de su época: temas fundamentales en aquel entonces como lo eran las preocupaciones religiosas, el paisaje español especialmente el castellano y la regeneración nacional.

Poéticamente, la palabra unamuniana refleja y expresa los sentires vibrantes del alma de este autor salmantino siempre desde una óptica de permanencia y de objetividad. Leyendo los poemas de Unamuno podemos ahondar en el pensamiento del gran filósofo existencialista que fue.

Unamuno convertía sus visiones poéticas en algo tangible, algo que él pudo contemplar mientras caminaba por su vida autónoma, entrañado siempre de todo lo entrañable; implicándose en un sacrificio de entrañamiento que formulaba la estructura de su mundo intelectual.

La poesía unamuniana está veteada de simbolismos, porque la experiencia intelectual de este poeta es la de poseer una imaginación que arranca de Gustavo Adolfo Bécquer, pasa por la experiencia lúdica de Walt Whitman y desemboca en la obra de José Martí. Unamuno bebió del Modernismo simbólico y así, por ejemplo, su poema más extenso titulado El Cristo de Velázquez es puro símbolo.

Pero había algunas inquietudes en Unamuno que influenciaron poderosamente en Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán entre otros, y que rebasaron la experiencia personal utilizando la poesía como grito de combate contra, entre otros, el general Primo de Rivera y el rey Alfonso XIII. Esto se ve muy claramente al leer su obra titulada De Fuerteventura a París. Ahora bien, su melancolía de desterrado no es óbice para que Unamuno capte ampliamente el ambiente canario y el recuerdo de su tierra adoptiva.

Unamuno y Machado fueron, por otro lado, poetas rezagados. Esto lo digo porque en el caso de Unamuno su primer libro de poemas no fue escrito en la adolescencia ni en la juventud (como ocurre con casi tdos los poetas) sino cuando ya tenía 43 años de edad y en plena madurez intelectual, y de ahí que todas las visiones poéticas de este autor tengan aplomo y serenidad suficientes como para ser propias de una metafísica existencial muy honda.

Por eso, al leer los poemas de Unamuno, vemos que desde un principio enlazó con los conceptistas españoles como Quevedo y, sobre todo, con místicos como Fray Luis de León. Sus juegos conceptistas y místicos le hacen auparse a la cima del equilibrio entre la forma y las ideas, como es el caso claro de su poema titulado “Aldebarán”.

A estos poderes visionario-poéticos los llamaban los antiguos las Musas: esos espíritus que guían al poeta a decir algo a los prójimos (los próximos prójimos), a los que están cercanos a su mundo, en verso o en música o en pintura o en drama o en cualquier otra manifestación artística. Y las Musas adornan el pensamiento poético de Unamuno que escribió en este arte literario momentos de gran imaginación.

Leer los poemas de Unamuno nos da, como dije al principio, una verdadera situación referencial de la poesía de su época, utilizando para ello tanto la realidad como su propio pensamiento o el paisaje; porque Unamuno como poeta (al igual que con su prosa) era un genial simbolista idealista en las descripciones y en el mundo crítico de la realidad circundante a la que perteneció.

Recomiendo la lectura de las visiones poéticas de Unamuno porque son hondura y lucidez.

3 comentarios sobre “Las visiones poéticas de Unamuno”

  1. Gracias por la recomendación amigo diesel ….me pondré a ello lo mas pronto posible , me ha interesado mucho todo lo que has relatado .
    Un saludo amigo vorémico.

  2. Yo tambin creo que Unamuno fué un gran poeta, desconocido en gran parte debido a la gran calidad de su novela, vease Niebla, La Tia Tula,etc. Y en parte porque han trascendido mas de él, sus pensamientos filosoficos expresados en forma de ensayos, cargados de hondas metáforas. Que tienen todavia en nuestros días innegable y aún vigente carga social y moral.

    Un saludo.

  3. He leído algunas cosas de Unamuno, pero no todas las que citas. Lo que sí sé es que en su tiempo (y aún ahora) fue muy estudiado y discutido. En su día por cuestiones políticas y ahora, quizá, por su ambigüedad en lo relativo a la religiosidad. Lo que está claro es que es un referente de la literatura española a nivel internacional.

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