Un par de lágrimas no tienen todo el consentimiento del pleno dolor.
Unas cuantas lágrimas embellecen el rostro, sensibilizan los sentidos, refrescan el instinto.
Funcionan como un par de estrellas fugaces:
iluminan, caen, se derraman, terminan siendo eternas (siempre eternas) y lejanas.
Terminan siendo un recuerdo,
o casi nada.
2 comentarios sobre “Lágrimas y estrellas”
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Estimada Celeste: además de bonita reflexión tu par de lágrimas comparativamente asimiladas a estrellas fugaces me hacen pensar en la fugacidad de nuestras vidas y esa eternidad temporal que es nuestra existencia. Todo termina siendo recuerdo… hasta que al final todo queda en la última incógnita de saber para qué sirven lños recuerdos. Posiblemente para escribir cosas tan lindas como un par de lágrimas convertidas en estrellas fugaces. Un beso.
Amigo… a veces las lágrimas son tan fugaces q dan miedo…
y el dolor es tan eterno que da pánico.