Lobos

La noche caía sobre el pobre barrio de Acapulco y con ella los lobos comenzaban a aullar. En el barrio todos sabían que la noche era peligrosa y que no se debía salir después del atardecer.
Era una noche despejada y la luna brillaba llena. En el barrio más pobre, una niña de no más de ocho años volvía a su casa después de un largo día de juegos.
Se oían pisadas entre las sombras, la niña asustada andaba alerta, con los ojos bien abiertos y preparada para correr si ocurriera lo peor.
En la lejanía se oía el aullido de un lobo que anunciaba la cacería que se produciría poco después.
El último rayo de sol se ocultó tras las montañas y todo el barrio quedó sumido en la completa oscuridad de la noche, y con ello sumida en una incansable marea de lobos hambrientos y con sed de sangre.

Más y más pisadas se oían entre las sombras y la niña, asustada, echó a correr en dirección a su casa.
Un presentimiento extraño invadía su cuerpo, la sensación de ser perseguida por una manada hambrienta.
La niña giró la esquina de su calle justo en el momento en el que un enorme lobo de color gris la derribaba, arrastrándola hacia un oscuro callejón sin salida, directa hacia su perdición.
El lobo era de un tamaño desmesurado, imposible de creer, y con la fuerza de mil hombres. Su dentadura se cernía sobre la pierna de la niña atravesando cada vez más su fina piel, poco a poco, hasta llegar al blanco hueso.
El lobo empezó a morder a la niña en el cuello, brazos, piernas, provocando una lenta y dolorosa muerte, hasta que esta exhalara su último aliento. La niña, por orgullo propio o simplemente por no querer aceptarlo, no lloró, ni un solo grito salió de su boca, hasta que su frágil corazón dejó de latir y el cuerpo calló inerte al suelo.

2 comentarios sobre “Lobos”

  1. Puff me he quedado con el corazón estremecido por la historia Sara,
    reflexionando un poco te diría que tuvieses cuidado con los lobos
    que desgraciadamente hay muchos en esta vida y sobretodo
    que el orgullo no te ciegue e impida ver tu camino.

    Besos.

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