Enclavado entre las diversas regiones de la meseta irania, el Luristán (en los montes Zagros) es famoso por sus antiquísimas artesanías de bronce. De estos bronces todavíoa no se sabe cual es su fecha de nacimiento, pues se pierde en la noche de los tiempos. Se supone que debieron ser sus primeros autores pueblos nómadas de pastores y ganaderos (medos y persas) a los que les sucedieron los cimerios. Es curioso que todos ellos posean significados religiosos.

La mayoría de estos bronces fueron encontrados en tumbas construidas en grandes cementerios, en los montes Zagros, en Kirind y en Hamadán (la antigua Ecbatana) y fueron forjados por pastores de estas zonas. Lo luris (famosos por sus saqueos y robos de tumbas) desvalijaron muchos cementerios pero los bronces siguieron forjándose en Pairavand, al noroeste de Irán (aguas abajo del río Saidmareh).

Son puñales, dagas, hachas, mangos de amoladoras y varias clases de recipientes y poseen representaciones de dioses zootécnicos con formas de cabezas de caballos, toros, corderos, ciervos y otros animales. Pero los más curiosos son unas figuras tubulares que representan a dioses barbudos y diosas en estado de fertilidad. También existen represetnaciones del mitológico héroe sumerio-mesopotámico llamado Gilgamesh y de la diosa Isthar entre otras.

Varios arqueólogos han señalado que estos bronces fueron extendiéndose por una larga ruta de transporte comercial (la zona era una región de enorme tráfico y tránsito de mercaderías y artesanías) y se encuentran hasta en lugares tan lejanos de allí como Etruria, el Tíbet, el desierto de Ordos y el norte de China.