Ayer necesitaba unos labios. Unos labios calientes que sustituyeran a los tuyos. Necesitaba sentirlos junto a mi boca, saborearlos, morderlos, juntar nuestra saliva… Y sin embargo lo único que sentí fue la soledad unida al efecto del alcohol. Y hoy domingo… soledad y dolor de cabeza.
2 comentarios sobre “Los domingos de Ibuprofeno son deprimentes…”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Y, sobre todo, un vacío. En el fondo de cada botella de alcohol bebida hay un vacío llamado soledad. No es cierto que no hay nada en el fondo de cada botella de alcohol. Lo tengo escrito en una obra de teatro mía titulada “La Carreta”.
Me identifico con tu texto y ese alcohol sabe amargo cuando le comparas con lo más dulce que has probado: un beso talvez. Un beso