En el mundo mágico de las Hadas y los Gnomos, en medio del Bosque de los Sueños y la Ficción, hay dos clases de Duendes: los Duendes de la Verdad y los Duendes de la Mentira. Y el caso es que ambos grupos de Duendes viven muy cerca los unos de los otros (a veces se les confunde incluso) en sus respectivos Palacios bien diferentes.
El Palacio de los Duendes de la Verdad se va construyendo a través de los niños que dicen verdades. Cuando un niño cuenta una verdad se va colocando un ladrillo en el Palacio de los Duendes de la Verdad.
El Palacio de los Duendes de la Mentira, se va construyendo a través de los niños que dicen mentiras. Cuando un niño dice una mentira se va colocando un ladrillo en el Palacio de los Duendes de la Mentira.
Como la vida es como es (y no se puede cambiar de la noche a la mañana) sucede que el Palacio de los Duendes de la Verdad va construyéndose muy lentamente… muy lentamente… y es mucho más pequeñito que el grandote Palacio de los Duendes de la Mentira que crece… y crece… y crece… de manera descomunal. Esto hace que los Duendes de la Mentira estén todo el santo día riéndose y mofándose, orgullosos de su grandeza, de los Duendes de la Verdad.
Pero sucede también (porque todo tiene su contraparte) que el Palacio de los Duendes de la Verdad es pequeñito pero tremendamente hermoso.. lindo lindo de verdad… !precioso!… mientras que el grandote Palacio de los Duendes de la Mentira es feo… feo… pero feo de verdad… !más feo que el diablo!.
Y sucedió un día que los niños mentirosos (como ocurre siempre con todas las mentiras) fueron acumulando tantas mentiras unas sobra otras para taparse mutuamente que entraron en tremendas contradicciones lo cual hizo que los ladrillos del Palacio de los Duendes de la Mentira comenzasen (por culpa de dichas contradicciones) a cambiar su materia orgánica por el desconcierto que había en el mundo de su magia. Mientras tanto el Palacio de los Duendes de Verdad iba despacio… depacio.. pero creciendo lindo y hermoso y sus ladrillos seguian firmes y consistentes pues no había contradicción en su magia.
Una vez un ladrillo del Palacio de los Duendes de la Mentira se convirtió en arena y se deshizo completamente. Otro ladrillo se convirtió en papel y se dobló y se vino abajo. Otro ladrillo del Palacio de los Duendes de la Mentira se convirtió en cristal y se resquebrajó. Y otro hubo que se convirtió en paja y se voló con el viento. Y otro más se convirtió en papel de seda y se rasgó totalmente. Y así fue ocurriendo con todos y cada uno de los ladrillos del Palacio de los Duendes de la Mentira….
!Hasta que llegó la hecatombe final!. Falto por completo de solidez por las conttradicciones de las mentiras el grandote y feote Palacio de los Duendes de la Menitra se desplomó y se vino abajo estrepitosamente. Mientras tanto el Palacio de los Duendes de la Verdad… siguió creciendo y creciendo lindo y hermoso y es hoy un Gran Palacio Artístico lleno de Belleza.
Ahora los Duendes de la Verdad duermen tranquilos y protegidos en sus ya amplias y bonitas habitacioens mientras los Duendes de la Mentira pasan frío porque tienen que dormir a la intemperie del Bosque de los Sueños y la Ficción.
Y mientras tanto, se escucha la voz del poeta Antonio Machado recitar aquello que escribió y que dice así:
“La menitra manifiesta
falta de imaginación.
la verdad siempre se inventa
cuando habla el corazón”.
FIN
Machado era un hombre muy inteligente .
y a ti te ha poseido el duende Tanata…te ha hecho publicar dos veces el texto….jajajaja
un abrazo Diesel y tómatelo con humor.