He recordado la famosa saga de “Los Thibault”, que consiguió en 1937 el Premio Nobel de Literatura, en la que Roger Martin du Gard narra los prolegómenos de la Gran Guerra y se refiere a la figura de Jean Jaurès, que convocó a los obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en el combate a unirse para alejar “la horrible pesadilla”. Su toma de postura en pro del pacifismo, poco antes del desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, le hicieron impopular entre los sectores nacionalistas y un exaltado fanático le asesinó, en el Café du Croissant de la calle Montmartre de París, una semana después de su discurso, y tres días antes de que se iniciaran las hostilidades.
Roger Martin Du Gard (Neuilly-sur-Seine, Francia, 23 de marzo de 1881 – Bellême (Orne), 22 de agosto de 1958 nació en una familia acomodada, de abogados. De vocación literaria precoz, fue consciente de ella tras leer la novela de León Tolstoi, Guerra y Paz. Para intentar consolidar su vocación de novelista, inicia estudios de Letras, pero no consigue licenciarse. Se presenta entonces a la oposición de la École des chartes y obtuvo la plaza de archivero-paleógrafo, con una tesis sobre la abadía de Jumièges.
Participó como soldado en la Primera Guerra Mundial. Cuando esta terminó, empieza la redacción de la que será su obra magna: la saga de Los Thibault. En ella no trata de demostrar nada. No juzga, no condena: muestra a veces de modo demasiado fragmentario la evolución de la religión contemporánea, como el hecho de la separación entre la Iglesia y el Estado Francés en 1905.
Recibe el Premio Nobel de Literatura en 1937. A partir de ese momento su obra deja de ser considerada relevante por parte de la crítica, hasta el momento en el que Albert Camus la vuelve a reivindicar.
Puede considerarse un heredero de la novela realista tradicional del siglo XIX; sin embargo, la certeza de sus descripciones, sus detalles narrativos y la penetración sicológica que hace de sus personajes, hacen que no se le pueda calificar como un escritor falto de innovación y fuerza.
Pasará la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en Niza. Allí empezará a elaborar una novela que permanecerá inconclusa el Diario del coronel de Maumort, que se publicará a título póstumo. Esta publicación, al igual que otras que también fueron póstumas (correspondencia, diario, relatos cortos) hace más compleja la figura de un escritor que se reivindicó a sí mismo como novelista.
Me gustó tu manera de enfocar la investigación de este tema. Breve pero profunda y yendo a la esencia de las cosas. Un abrazo, Carlota. Muy buena tu divulgación.
Carlota , gracias a ti he aprendido algo más de ese gran escritor al que conozco muy poco de el .
un abrazo
No he leido nada de él. Graciassssssssss. Alaia