Los tres tiempos del alma poética (en especial para Carolina y Dinora)

Hola amigos y amigas del Vorem, de manera muy especial Carolina y Dinora que comentan sobre mi anterior texto titulado “Esencial” una inquietud personal: saber qué es lo que yo defino como “los tres tiempos” del alma poética. Comienzo por decir que es una teoría particular mía sacada de las experiencias propias y ajenas que he podido observar a través de las composiciones propias y de las lecturas de poemas ajenos. Pues bien, yo señalaba en mi texto que para mí “los tres tiempos” del alma poética son: crear, atravesar y trascender. Voy a ver si puedo explicar adecuadamente a qué me refiero con todo esto.

Parto de la idea de que yo diferencio en el alma humana creativa dos componentes espirituales diferentes (aqune no distintos): el componente propio del alma prosaica y el componente propio del alma poética. Diferentes pero ensamblados en un mismo caldo de cultivo: el sentimiento humano. Entonces tendríamos que entender la diferencia entre ambos componentes.

El alma prosaica estaría vibrando en tres tiempos definidos por la propia vida cotidiana: el ayer, el hoy y el mañana (pasado, presente y futuro). Eso está bastante claro. Pero ¿qué sucede en el interior del alma poética?. Que esos tres tiempos se convierten en un solo tempo (no tiempo sino tempo) lírico metafísico. Y entonces nos sumergimos en la división teórico práctica del crear, el atravesar y el trascender. Veamos qué son estos tres “tiempos”.

El alma poética nace de un crear. La creación lírica de un poema surge en un hoy (en un punto concéntrico convertido en sentimiento interno del ahora mismo). Crear es para el alma poética el inicio de sus partículas exegéticas. Crear en un ahora mismo un impulso poético. De ese crear surge siempre todo producto elaborado dentro del alma poética. No se relaciona por tanto con un espacio temporal de pasado o de futuro, sino con un presente al que conocemos como crear. Un punto que se inicia y se termina en su propia creación, en su propia acción de génesis y epílogo; en un presente inamovible pero no estático. Ahora explico por qué no es estático este punto inamovible.

Todo producto surgido del alma poética atraviesa, a través del tiempo externo a él (los tiempos de referencia los llamo yo) que es iniciado en el hoy presencial, una memoria o esencia memorística del pasado y del futuro. Eso es lo que yo llamo “atravesar” los “tiempos”. El alma poética circula desde un hoy y arrastra los tres tiempos prosaicos (pasado, presente y futuro) en una misma pausa lírica: todo poema contiene, dentro de sí mismo, ese atravesar desde el hoy presencial en que se elabora y se delinea el producto poético, todas las corpusculares connotaciones del ayer y del mañana. Eso se da por las especiales particularidades que poseen los productos del alma poética. Atravesar el ahora en todas sus dimensiones del ayer y del mañana pero dentro de un presente continuo.

Y el tercer “tiempo” del alma poética es el “trascender”. Siempre que hemos dado rienda suelta a nuestro sentimiento lírico metafísico estamos haciendo una labor de trascendencia que agrupa los tres tiempos prosaicos (pasado, presente y futuro) en un mismo punto de confluencia que es de tipo coyuntural pero muy significativo. Ese punto es el poema que se encierra en si mismo y, repentinamente, por su propia sinergia lírica se abre en amplitud infinita y trasciende a todo nuestro ser anímico influyendo, asimismo, en el ser anímico de los lectores; ya que el producto poético se diferencia del producto prosaico en que éste se determina muy delimitadamente en tres aspectos del “tiempo” literario (ayer, hoy y mañana) mientras el producto poético (que emerge del alma poética) circula por los tres “tiempos” literarios al unísono y sin delimitación estereotipada. Ese circuar de los tres “tiempos” en uno solo es el de la aparición, surgimiento y elaboración imaginativa del poema.

La aparición es el “crear”. El surgimiento es el “atravesar”. Y la elaboración es el “trascender”. Todo ello, todo el conjunto de los tres tiempos del alma poética, es una iluminación interna atemporal que trasciende más allá de lo temporal porque contiene, al mismo tiempo unísono, la creación del hoy, el atravesar del ayer y la trascendencia del mañana.

Un beso a vosotras, Carolina y Dinora, y un fuerte abrazo amistoso a todos los voremios y voremias que hayan leído esta exposición innata de mi propia teoría y que si desean pueden comentar o expresar sus acuerdos o desacuerdos con ella. Para esto está el Vorem. Para analizar y dialogar en todas las dimensiones posibles.

3 comentarios sobre “Los tres tiempos del alma poética (en especial para Carolina y Dinora)”

  1. En cuanto a mí corresponde me ha encantado la manera con que has definido esos tres “tiempos” del alma poética que tanto interés habían despertado en mi innata curiosidad vorémica. Aunque no esté basado en ningún libro de sociología o psicología social es digno de estar presente en alguno de ellos. Magistral tu manera de explicar algo tan hondo y profundo. A mí me dejado profundamente satisfecha y me ha revelado que tienes genialidad además de profundidad en tus originales teorías. !Un besote vorémico, maestro!.

  2. Diesel, gracias por la detallada explicación, eres un creador brillante de conceptos, los tres tiempos los comprendo ya perfectamente, sin darme cuenta he pasado por ellos y no habría podido definirlos mejor.

    Saludos!!

    P.d. Hasta Crisantemo es un creador, por lo que veo…

  3. Crear:
    Una buena pistola

    Atravesar:
    La bala, bien destinada al autor

    Trascender:
    Al otro mundo, y con suerte lleno de conocidos compartiendo el mismo barco

    Una Verdad Romántica
    Crisantemo Azul

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