Mañana será otro día.

Se fue lejos. No hace mucho que mamá se puso a trabajar. Desde que el viejo se largó en casa hemos disfrutado. El futuro nos nos preocupa. Es una pena que no haya seguido estudiando. Me aburría. Yo la quiero mucho porque es una mujer auténtica. La suerte de nuestra generación es que podemos escoger a quién vamos a querer toda la vida. Me he fijado en que siempre nos consolamos mirando a los que están peor que nosotros. Eso no está tan mal. Estoy triste. Cuando le anuncié a mamá que iba a trabajar de canguro no le hizo mucha gracia. Es como si a mi alrededor todo se hubiera detenido. Yo sentía. Porque la verdad es que a veces me gustaría ser otra persona. A mí me parece que en el barrio hay mucha gente. Espero que encuentre algo.

Entonces las piernas han comenzado a temblarme. Todo el mundo estaba preocupado. Sea como sea ahora mismo en el barrio todo el mundo habla. ¿Qué voy a hacer ahora?. No nos damos cuenta de lo importante que es llorar. Intento imaginarme qué sería si fuese de origen polaco. Eso me recuerda algunas casas de la zona residencial. Así que creo que va a ser imposible. Me da igual. Pero todo eso no lo haré por tener la conciencia limpia. Con ella no hay por qué tener miedo. Y aprovecho la ocasión para anunciar que vendo mi coche. Todo el mundo abandona. Lo que hay que oír. Son tonterías. Bastan tres palabras. Es una profe. Al pasar por delante del bar estanco del centro he visto un papel pegado en el cristal. Ya está. Parece que alguien se ha aprovechado. No estábamos en la misma onda. Yo le contesté que no. Pero no quise hacer preguntas. Tal vez tenga razón la gente cuando dice que la rueda gira.

2 comentarios sobre “Mañana será otro día.”

  1. Mañana será otro día y las cosas seguirán igual.
    Este texto tuyo es distinto a cuantos te he lñeido hasta ahora.
    Más bien parece una reflexión que una conversación consigo misma.
    Un abrazo Diesel.

Deja una respuesta