Te saludo a tí, que estás iniciando el camino de tu ruta para llegar al lugar que sueñas; te saludo a tí, que estás estudiando la manera de poder encontrar respuestas adecuadas a tus preguntas; te saludo a ti que, día tras días ganas el pan de tu familia sudando como lo hacen quienes tienen el valor de luchar por quienes aman; te saludo a ti, que estás buscando una verdadera patria para tu existencia; te saludo a ti, que sueñas con ser princesa para estar más cerca de tu príncipe encantado y a ti que sueñas con ser astronauta para estar más cerca de las estrellas; te saludo a ti que preparas esa tesis que te va a llevar a ocupar un lugar en el estrado de los sobresalientes; te saludo a ti que, clavo tras clavo, piedra tras piedra, levantas un hogar para tus hijos y para los hijos de los demás; te saludo a ti, que llevas la carga que otros no han querido llevar; te saludo a ti que pides un poco de lo que a otros tanto les sobra; te saludo a ti, hombre o mujer, niño o niña, anciano a anciana que buscas una sonrisa con la cual sentirte ser humano, y una mano amiga, y una luz en la oscuridad…
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.