Aquel duende que fue mi compañía durante tanto tiempo,
Quizás con el se me fue la ilusión, o tal vez lo aburrí, en este mi cuarto,
Que esta todo oscuro y por la noche aparentemente esta en llamas,
¡Es que es tan aburridor¡ que al que no aburre, tristemente lo quema.
Me dejo en silencio,
Cuando ese duende quiso dar su primer pasó a lo inexplicable,
Que es vivir, crecer y ser feliz, y, luego, tristemente morir,
Me quede en silencio, cuando el, sin dudarlo
Cruzo esa puerta llena de miedos e intimidades que no quería descubrir
Por que honestamente “(tenia muchos para tener mas)”.
Ahora es un duende distinto,
Un duende que ríe, que a veces llora,
Que sueña en un mundo algo mejor,
Ese duende soy yo, Albert Andrés