Metáforas para un despertar comunitario.

Ag52: Tus labios son cántaros de miel que al besarte me produce un gusto. Me lleva la que me trajo. Tus cabellos son com el oro. !Muévete que pareces una tortuga!. y roncas como ferrocarril

Ana: Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi ser ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas. Cielo desde un navío.

Campo desde los cerros.¡Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Raúl: Tus ojos son dos luceros. El aro dorado emerge del mar. El tiempo y tus cabellos son de oro. Mil mariposas moradas mastican millones de mosquitos.

Kaiser Akhasa: Olvidalo todo, pues todo se esfuma, todo es como la bruma desvaneciendose cual si fuese espuma difusa. Me encuentro inquieto, inmovil
de dolor por el pensamiento de mis recuerdos, celos que apuñalan mi credo y mi cuerpo. Como quisiera desvanecerme en un beso, ser eterno entre el viento
y borrarme en ello. ¿Quien soy? ¿Las cosas que hago son las correctas? Mil preguntas rondan por mi cabeza, al tanto que mi tristeza se come mi sutileza…La temperatura sube por mi cuerpo e inunda de tragos absurdos mi ser, me he convertido en algoque nunca debió existir. Mi razon de vivir no es clara ni tampoco correcta, no encuentro paz en la discreta y sincera respuesta. Te extraño. Mis versos son metaforas y mi amor se ha ido, en mi escritura no encontrarás mas que tristezas y vivencias
agónicas. Mira el cielo, lo que quiero decir esté en ese paisaje bello; entiende un poco mi sentimiento, te lo ruego. Estás en mi desde que te fuiste, te tengo aquí desde que te dejé ir, estoy parado, como flotando entre el dolor y el sufrimiento. Cierro mis ojos, intento y veo, que muero dia a dia sin verte a los ojos, decayendo cada vez ante los celos, ante la impotencia, ante todo lo negativo. Muero un poco más cada día, día a día, segundo tras segundo. Te amo. No te he olvidado un solo instante de mi emifera existencia, siempre he desado tenerte y jurado entregar todo por estar en tus noches y tus díaas. Soy tuyo como el viento es de todos; como el universo de Dios. Permíteme expresarte esto de esta manera, es la única que sé, mis libros ahora no importan, menos mis poesíaas, ni la novela inconclusa, ni la antologia de una amistad, tampoco el proyecto de la irrealidad, solo importa que entiendas que te amo, no pude comprender siendo tu mejor amigo, como fué que no fui capaz de conquistar tu corazón.

Hacaria: En mi barrio atravieso por muchas cosas, muchos sentimientos y situaciones de las cuales a veces río y a veces lloró como un desgraciado, ¡sí, así como la vida! Cuando vengo del trabajo camino por mi barrio, para despejarme, para cambiar la rutina, observar y ser observado, entender el comportamiento humano, el universo que cada uno somos, la interrogante, la rareza de ser como somos. Y navego por sus calles y aceras, veo tantas cosas. ¡Pienso en tantas cosas! Una vez, caminando, mirando, leyendo rótulos y lugares que me llamaban la atención con sus “banners” que llaman los del mundo moderno., detallé este lugar, era un centro. En el centro de humilde apariencia, sin grandes artimañas, ni costosas fachadas con extensivas reparaciones, vi a varias personas entrando y saliendo, de todos los sabores y tamaños, por decirlo de una manera. Vi jóvenes, adultos, mujeres, hombres, de todas las profesiones y de todos los trabajos, entraban con sus penas y salían con las de otros. Todos estos personajes que entraban tenían algo en común, un patrón, ¡un cuaderno bajo el brazo! Llamado por la curiosidad y por el mismo amor a las letras, entré. De primera mano, vi en una pizarra informativa varias opciones, géneros. En ese instante sentí, que ésas personas les gustaba la literatura tanto… como a mí. Por lo que con más decisión continué explorando el sencillo, pero arrollador lugar. Al entrar vi a varias personas con sus cuadernos, unos anotaban y posteaban, otros leían y comentaban. Cálidamente, me permitieron leer y se dejaron confiar. Me sentí como rana en su charca, puerco en barro, pez en el agua, en fin. Lleno del ambiente, entendido por lo que leía, vi que yo no sufría solo, que yo no amaba solo, que yo podía entender y ser entendido. Los escritos no eran solo escritos, eran un más allá, eran una vivencia, alegre o dolorosa, hilarante o sensual, ¡eran VIDA! En este lugar, comparten, apoyan, ayudan, se conocen en su círculo de lecturas, que delatan la profundidad, no de personajes, sino de seres vivientes. A partir de ese momento, la pulpería del barrio, el parque y la escuela junto a la Iglesia, dejaron de ser mis lugares favoritos. Envuelto en el calor, la sencillez, y la realidad de cada quien me prometí no dejar el lugar aquél. Conocí a tantos que compartían lo mismo que yo por el lugar… ¡a tantos! Es que son… pensares diferentes, tan enriquecedor… una visión al inconsciente, metáforas a la vida, amores prohibidos o inalcanzables, noches frescas en algún lugar de la vieja y querida España, o viajes bien narrados al bello Ecuador, o pueblos en las costas, descritos tan vívidamente que respiro la sal, o de muertos que reviven para enterrarse tranquilos de manera jocosa y surrealista, o virus de internet que atraviesan lo virtual para mezclarse con lo real, espejos mágicos que cambian las miradas de las personas, una bella Carlota, un admirable Grekosay, un elegante Diesel, una Gema luchadora, un Ismael sencillo y grande, un Océano profundo, un Alma serena, una Lizeth que se extraña… tantos habían en aquél lugar, y todos tan llenos y vacíos a la vez, como yo, todos buscando lo mismo y volviendo por más. Inmediatamente me hice en fila, para retirar y apartar un cuaderno para mí. Al salir, un rótulo, fuerte y sereno había en la entrada. Rótulo que memoricé y del cual me enamoré. “Vorem” en donde podía “escribir una vez y leer cuanto quisiera”.

Celeste: Dos pasos adelante y me detengo. escucho una voz, quizás la mía o la de alguien de por acá y me grita, y me pide que le escriba. Entonces yo estaba mirando un cuadro y luego el marco del cuadro y luego la pared entera que contiene al cuadro y el enchufe y un espejo, más allá un sillón sin almohadones. la lámpara en el piso me devuelve lo que queda de mi luz y se traga un poco. un florero ¿un florero? también en el piso y pienso que la alfombra, dadas las circunstancias quedaría bien en el techo, después de todo es azul y tiene rombos celestes. una vela amarilla consumida hasta la mitad y así veo la mitad de mi vida que puede ser ya, o en cualquier momento porque en realidad no lo se, y pienso en las palabras de una pantalla, no lo puedo creer, pienso en la cáscara violeta y que se apague la luz que quiero dormir pero no puedo, y camino y no puedo dormir , y me siento, otra vez, el espejo me mira, si, y pienso, qué pasa aquí, está lleno de lagos funestos, recuerdo el rostro de un niño escolar y el cuaderno de deberes y la hora de la merienda, pero lejos, solo para no recordar lo que no conozco, al fin. Así habíamos hablado de cuando uno se entrega a la catarsis –quien pudiera decir entrega de par en par en la boca- y se sale, des-molda, corre, se zambulle, pelea, ambiciona y vuelve, vuelve a buscar lo que sabe le gustaría encontrar y entonces cree que lo encuentra sólo porque se encontró a si mismo un momento atrás mirando un cuadro, la pared el enchufe el espejo y el sillón. no existe. por qué tengo que decir esto. ya no digo, solo camino, pero por qué encontré esto, qué es; que quiere decir(me) ¿soy yo? y la niebla como única poseedora de lo real, y la voz que escucho conozco y desconozco, y me grita, y se tuerce el cuadro debo estar martillando mal la pared, y la luz tenue, tan tenue, entonces estoy sola y habíamos hablado una vez, dos, tres. y yo no sabía lo que necesitabas, perdón, pedías paz, pero como íbamos a desvanecernos en esa paz buscada si lo real es la niebla y está lloviendo y no se detiene. entonces la música canta sola, sin ayuda y los versos/frases compiten con mis ganas de (no)decir. y había una pantalla, solo una pantalla, un recorte o una letra a tiempo antes de que todo se hiciera más y más oscuro y no buscaba parecerse a mi, simplemente era y no podía dejar de ser. entonces le dijo tuércele el cuello al cisne, pero no era su plumaje lo que engañaba, era solo la verdad, estaba ahí, estaría en algún lugar de esa ciudad esa noche, entonces estaba sola, ese era el caso. y la noche por la ventana no tenía nombre, era una mas que no podía dormirse y no podía cantar aunque escuchara la música y el cañaveral, que locura, un pozo, el pozo, no sabía si lo conocería o no, no sabía si era; si era alguien o simplemente me había adueñado de la nada, entonces pensaba en los rasguños y nada existía, el Maestro intentaba sonar. no, nada no existía. entonces alguien me había recomendado mandarle cartas a extraños parciales y pensé cartas eran las de antes, con tinta y hoja blanca y meses de espera y aquella noche había vuelto a preguntarle si le hubiera gustado nacer mucho, mucho tiempo atrás, y de bruces mirando, entré en el dulce racconto de ser yo y traerte. y por un momento la sonrisa intentó esbozarse en el rostro de quien creía ser, o era yo, yo ahora pero no yo misma, es decir si en realidad hubiéramos sido o podido ser, quien sabe. y ya me quiero dormir y no quiero metáforas ni cuentos de hadas, solo recordar la voz que me sigue (per)sigue gritando y va a llegar un momento en que se ponga ronca de tanto gritar, de tanto decir paaa, y había un violín la música y por suerte el final nunca se sabe, y las palabras son testigos y algunas letras forman aquí puntos suspensivos.

Grekosay: Nosotros jamás tenemos, ni un día, el puro espacio adelante, hacia el cual
las flores se abren sin fin. Siempre es mundo y nunca ningún sitio si no lo puro,
invigilado, lo que se respira y sin fin se sabe y no se ansía. ¿Hacia dónde apunta Rilke en su profundidad? El conocimiento de una lengua no es suficiente para generar “creación rica y artística”. El poeta desestructura lo material para aproximarnos a lo “no manisfestado”. La expresión de su Angustia, profunda y flotante, representa esa presencia intangible, ese “puro espacio adelante…”
El Poeta pudo crear todo un material, en respuesta a su confrontación con el descenso a los infiernos. Fausto está ahí, como referente, como arquetipo que, en Rilke prospera y fructifica. Por eso los poetas que estudiaron su obra, los traductores, los que se acercaron a la “compleja naturaleza de Rilke”, formaron parte de la necesidad de crear su profundo haber encontrado la “Fuente Primordial”. Porque una espiritualidad poética, ausente de corporeidad, pero siendo palabra, nos conmueve, nos asombra, nos resitúa. La Mística ha sido un “algo primordial” en esa Germania romana: “lo puro, invigilado, lo que se respira y sin fin se sabe y no ansía”. ¿De qué es consciente el poeta? Hablemos del profundo trabajo con la lengua. Somos los que sabemos decir sobre nosotros mismos. La Realidad es explicable desde muchos conceptos, pero…¿qué la Poesía como Mística desveladora? ¿Son las metáforas expresiones en el lenguaje? ¿Podemos alcanzar un mundo intangible expresable desde la Poética?. En este fragmento, tomado de la octava elegía de Duino, se nos dice:
“sin fin se sabe y no se ansía” Cada vez estoy más convencido de una unidad de conceptos esenciales en la “humanidad”. Llámese “archivo akásico” o inconsciente colectivo, sea lo que sea, es una “participación mística” que abarca al zen, a la mística alemana de la edad Media y alcanza todo centro vital de cada época. Rilke es la “piedra filosofal” de la literatura poética. Tan inmenso como su “sin fin…” y tan “se sabe y no se ansía”.

Agirregabiria: Es fácil recobrarse, reanimarse, fortalecerse, quizá hasta curarse. Basta encontrar a la protagonista de esta adivinanza. La ética, la filosofía y la literatura se han ocupado extensamente de ella. Ha sido descrita de muchas formas. Muchos creemos que todos tenemos una, aunque otros nieguen su existencia. Quizá sea una cuestión semántica, porque dispone de muchas definiciones directas y alusiones indirectas. Abundan las metáforas que la simbolizan. ¿Qué puede ser algo que cuenta con tantos símiles alegóricos? Ella es… un océano bajo la piel. Es un estanque lleno de agua calmada. Es una materia luminosa que quema sin consumir. Es una copa que sólo se llena con eternidad. Es el espejo de un universo indestructible. Es un acorde que la espada no puede herir, que el fuego no puede consumir, que el agua no puede macerar y que el viento del mediodía no puede secar. Es la potencia que preserva al cuerpo de la corrupción. Es antípoda del cuerpo, y así amanece para ella cuando anochece para él. Dicen que es invisible, intangible, inmortal para siempre, e incluso divina. Los poetas la denominan el alma, el ánima, el aliento, el corazón, el espíritu, la conciencia, la fuerza, la potencia, la energía, el ánimo, el coraje, el entusiasmo, la voluntad, la sustancia, la quintaesencia, el principio, el hálito, el aura,… Acaso muchos nombres, demasiadas cualidades, excesiva trascendencia,… ¿O sólo la justa? Anímate: La tienes a ella, llámala, calma.

Diesel: Girándulas. Esencias de sueños. Mágicas incursiones en los mundos del Arte donde los bohemios os fundamos y os refundamos mil veces por segundo. Profundas metáforas a corazón abierto como operaciones poéticas de los versos que se concatenan en los deseos del vivir. Girándulas. Poemas vivientes y libres. En el viento de los sentires os hacéis movimiento. Mucho más tangibles, reales y concretas que los cronopìos borgianos sin sustancia ni alegorías posibles. Girándulas. Alegorías soñadas junto a un surtidor de ideas que bañan el cuerpo y la mente de los poetas y hacéis de nuestros mundos una verdadera existencia floral, concreta y tan verídica como las musas de los romances. Muy lejos de vosotras, los cronopios se hunden en sí mismos porque se creen poseedores de una verdad que sólo es el absurdo de la irrealidad abstracta. Girándulas.Realidades transformadas por los sueños. Los vientos literarios forman sílabas de amor con vosotras, girándulas de los sueños que sois la raíz esencial de donde derivan los apotegmas y los sintagmas de la Fantasía. ¿Qué son los cronopios comparados con vosotras?. Nada. Vacuidad. Vacío. Los cronopios borgianos son unos vacíos sin materia definida ni espíritu definible; algo así como fantasmas inexpresivos. Pero vosotras, girándulas de los sueños, no sois, como diría Don Quijote: “fantasmagorías inexplicables vive Dios”. Tenéis un cuerpo formado por las proposiciones bohemias de los poetas de la luz… porque sois luz de ideas libres mientras los cronopios permanecen atados a la ineficaz tarea de las abstracciones absurdas e imposibles de definir como su propio autor, Jorge Luis Borges, que no tuvo más remedio que confesarlo. Girándulas. Concretas composiciones de cuerpo, materia, alma y espíritu y ese otro concepto lírico que llamo “liriasis” del tiempo porque sois como lirios en medio del desierto, crecidas en el oasis donde los poetas bohemios vamos todas las noches a beber sedientos bajo la luna de la Imaginación rodeados de estrellas de la Realidad. Girándulas. Experiencias vividas por y para el amor. Los cronopios se pierden en las nebulosas de la antipoesía mientras vosotras sois poesía completa. Besos, luz y luna.

Wersemei: Si en tu caminar diario la densa niebla te impide ver el horizonte,
no temas….. Tu pensamiento, siempre positivo la disipará en un instante. (Dedicado a Diesel el sonriente).

Diesel: Van latiendo las horas sin reloj desde la levedad sin peso del ser irrevocable en el abandono de la linde entre lo supremo de la lluvia y el canto. Hay ya otros paisajes como conceptos de imágenes que existen en el reflejo de la bruma impar. Se transforma el trébol de los umbrales sin adiós donde el amarillo inicial del otoño viajero se asombra en los principios de sus brotes; algo así como hojas amarillas mecidas por el viento. Van latiendo las horas sin reloj desde el sonido de las metáforas como cuerpos en el espacio dirigidos por la voz. Con intensa calma. Con danza de versos. Sólo con la vida segada con peso de reposo. Van latiendo las horas sin reloj… Se me olvidó decirte que el sol se quedó sin tiempo y camino desgranando metáforas de silencio. Se me olvidó decirte que vengo desde los mares
y sigo en la ribera de las palabras ocultas. Se me olvidó decirte que callo mis ilusiones de fiebre bajo la luna para no despertar tus sueños. Se me olvidó decirte
que te llamo en estas noches y que me despierta el alba como a un niño sin voz. Se me olvidó decirte que aquello estaba desierto y me busqué la vida en tus ojos y en tus labios. Se me olvidó decirte que descubrí el misterio de tu jardín rosado reunido en mi poesía. Se me olvidó decirte que me levanté del suelo y me embarqué en la nave de tu utópica sonrisa. Se me olvidó decirte que nunca olvidé tu rostro
y que, día tras día, navego por ese mundo. Se me olvidó decirte que mi nombre es distinto y que me llama la aurora para ser tu propio llanto. Se me olvidó decirte
que este viaje es largo pero que al final del túnel existe el campo abierto. Se me olvidó decirte que duermo en las colinas respondiendo a las alondras cuando me hablan de ti. Se me olvidó decirte que nunca caí del todo y que sobre esta tierra
germino hoy mis pasiones. Se me olvidó decirte que al rayar el cielo busco rosas de viento en tu cuerpo sosegado. Se me olvidó decirte que nunca duermo dos veces en esta existencia humana y en un mismo infinito. Se me olvidó decirte que voy desnudo de verbos para vestirme de acentos con tu profunda mirada. Se me olvidó decirte que se me queman los dedos al tacto de tus abrazos en medio del altamar.

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