y de repente.. cuando todo se volvió gris y oscuro..
cuando no tomaba en cuenta el paso de los días
y me encontraba sumida en esa extraña confusión
alguien dijo.. sencillamente lo juro..
y mientras tu reías..
me levante y la observe con conmocion
.
Era una mano.. no una mano cualquiera..
poco a poco mis dedos se entrelazaron entre los de él..
y me sentí viva de nuevo..
sentí seguridad.. algo que había estrañado..
y por fin me di cuenta..
De que tú nó te mereces nada de lo que te dí..
y que aún caigo y miro atras ..
pero aprendí a reir,,
Bonito el contenido de tu poema. Aprender a reír es mucho más difícil que aprender a llorar pero también es muchísimo más feliz cuando se aprende. Tu poemita da para pensar un buen rato… gracias…