Uno tras otro mis pensamientos se suceden. Unos, que te olvide. Otros, que te retenga. Tengo suficientes demostraciones para quererte, pero tantas otras para dejarte.

¿Qué es lo que me hace atarme tanto a ti? ¿Qué extraño sentimiento que nunca sentí? Me aconsejan que te deje, que te abandone, que así mi vida será mucho mejor. Pero no sé qué hacer.

¡Es tan difícil decidir! De todas formas creo que ya te perdí. La confianza entre nosotros se acabó y cuando esto sucede todo llega a un fin. Y el tuyo y el mío creo que está cerca. Tanto que lo siento. Tanto que lo temo. Ojalá nunca te hubiera conocido, para ahora no poder sentir este dolor que siento al dejarte ir. Pero a la vez doy gracias por haber conocido a la persona que me ha hecho ser yo, verdaderamente yo.

Sin miedos, ni angustias. Sin ningún tipo de barrera. Pero ahora me dejas, a la vez que yo también te dejo. Te dejo porque me haces daño. Verte y no hablarte me hace daño. Tanto que ha llegado el momento de que decidamos:¿una vida por delante juntos, o la división de nuestros corazones y caminos? Sea cual sea la decisión ten por seguro que tú ocuparás un sitio en mi corazón; aunque muchas veces me hayas hecho reír y otras tantas como hoy, llorar.