Mírame.
Mírame nuevamente, pero hazlo bien.
Mírame desnuda.
No me vistas de ilusiones, de fantasías.
No me veas como quien puedo llegar a ser.
No soy tu esperanza.
Sólo soy esto. Inexacta, incorrecta, insegura e ingenua.
No te engañes con esta dualidad de esposa-amante.
Sólo soy. Nada más.
Sé que a veces en mi afán de que me ames soy promesa.
No me culpes.
No quiero ofenderte con mentiras.
Sucede que a ratos caigo en la tentación de ser otra, sólo para ti.
…sólo a ratos…
Efectivamente lo mejor es ver a las personas como son en realidad, para no caer en el engaño, que nosotros mismos nos hacemos muchas veces.
Buen texto.
Un saludo.