Del Código Da Vinci a Roma, que no es poco.

¡El invento ha sido una total desmesura! La receta literaria me ha resultado insípida, e incluso algo indigesta..¡Pobre Leonardo! Roma aplaca su ira contra la Película que refleja el novelón. Con la Iglesia hemos topado, o contra lo que jamás se atrevieron otros a topar. No merece la pena caer en esa tentación peligrosa de mezclar churras con merinas. Cuando una novela alcanza estas dimensiones es porque interesa a muchos. La Iglesia tiene su Indice especial señalando al Norte y no desviando ¡jamás! su ortodoxia. Una gran lona negra cubre el gran anuncio de la peli…¡Algunos salen ganando, muchos sacan provecho, el éxito en taquilla…será “excepcional”! Tengo una pregunta interesante…¿Alguien sabe dónde están enterrados los restos de Leonardo? Pues…en una pequeña y sencilla sepultura, en Francia. A nadie se le ha ocurrido situar la “realidad del genio”, pero, sí utilizar su potencial imagen para crear la Historia Interminable. No iré a ver la película, como, no llegué a terminar el libro, sencillamente porque una cosa es “lo posible, con imaginación” y otra…”lo lamentable, lo que tiene intención de engañar”…es decir: la mentira más o menos piadosa.

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