¿Por qué veía siempre la luz de tus ojos encendida entre el cielo y el mar?. ¿Por qué viniste a salvar mi ayer a la playa solitaria donde mi cuerpo yacía sin alientos?. No respondas todavía. Déjame seguir soñando tu voz transformada en caracola amorosa mientras yo recojo las palabras en el escenario de mis sueños. Sólo sé, y no me es necesario saber más, que hoy estás aquí, regalándome trozos de mundo para hacerme saber y sentir que empiezo mi vida de nuevo cada día que amanezco junto a ti y, en medio de las olas, tú me relatas cuentos de sirenas enloqueciendo a los marineros. Acércate. Acércate a mí un poquito más… para que yo note tu acento como un sentimiento perfumado mientras sigues contándome relatos que van más allá del horizonte extremo de las cosas. En la otra costa, en la del más allá, siempre seguiré teniéndote a mi lado en el sueño de todas las eternidades.
2 comentarios sobre “Más allá del horizonte.”
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Qué bonito. Con lo que a mí me gusta el mar. Después de a mi hijo, es lo que más amo en este mundo. Cuando estoy muy mal, él me calma, me llena, me da fuerzas, cuando estoy muy bien me convierte en gaviota y me hace volar. Es muy, muy especial para mí. Y mañana, voy a verloooooooooo. Un abrazo marino. Alaia
Más allá del horizonte hay siempre alguien que nos enseña a amar. El mar es el fondo del relato, de esos trozos de mundo de los que hablas en tu texto y que escuchas de alguien que te hace ver la vida como un nuevo día. Besos, Diesel.