Ayer murió a los 88 años de edad el célebre escritor uruguayo Mario Benedetti Farrugia. Era hijo de un italiano (Brenno Benedetti) y de una francesa (Matilda Ferrugia) y aunque había nacido el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, del departamento de Tacuarembú (en Uruguay) desde los 4 años de edad vivió en Montevideo. Toda su obra (más de 80 libros de novelas, cuentos, ensayos, crítica literaria, teatro, poesía, etcétera) gira en torno a su ciudad montevideana y su “paisito” como él llamaba al pequeño Uruguay.
Siempre fiel a su idoelogía estuvo en todo momento a favor de la revolución de Fidel Castro y escribió una obra titulada El cumpleaños de Juan Ángel que es un canto a favor de los guerrilleros Tupamaros. Tanto es así que el famoso comandante Marcos tomó este nombre de un personaje de dicha novela.
A Benedetti lo recuerdo de su Cuentos Montevideanos y tambié El país de la cola de paja. Y aunque algunos críticos (especialmetne Gamoneda) dicen que como poeta sólo era un poeta menor… yo considero que su poesía era de arte elevadísimo.
En fin. Murió un caballero de la emoción y de la ideología permanente. Un intelectual humanista que retrató fielmente a los monteviadenaos como en su Poemas de la oficina (decía que en cada montevideano había un verdadero oficinista). Bien. Junto con Julio Cortázar es quizá el escritor latinoamericano más querido por las gentes sencillas.
Por sus ideas tuvo que exiliarse de su país en varias ocasiones (muchas veces dejando a su amada Luz en casa). Estuvo en Nueva York, en Buenos Aires, en Lima, en Santiago de Cuba… pero regresó a su país una vez instaurada la democracia y recordamos los españóles que, junto con su amada Luz, estuvo en nuestro país en 1985.
Galardonado con muchos premios, ha sido una de las figuras señeras de los Grandes de la Literatura Hispanoamericana, como se vió en la entrevista que le hicieron en El Viejo Topo de Barcelona.
Descanse ya en paz el honrado y fiel siempre a sus amigos Mario Benedetti.
Es verdad, Mario Benedetti, fue sin dudas una eminencia de la literatura perfilada hacia la sencillez y el humanismo, entregado por completo a la dulzura de sus versos, sus palabras y frases, obras enteras destinadas a proclamar lo que otros no podían decir.
Compatriota, reconozco su enorme labor literaria, y aunque no coincido en algunos postulados con sus políticas, estoy de acuerdo que fue alguien importante, y lo seguirá siendo en el alma del uruguayo, del latinoamericano, del ser humano del mundo, porque sin dudas trascendió explícitamente las fronteras.
Al igual que Neruda en Chile, recogió las más disímiles generaciones en sus manos.
Figuras de todo el mundo homenajearon con flores el multitudinario escenario de su despedida, Joaquín Sabina fue uno de ellos.
En todos los diarios, esta semana se escucha, se siente, se palpita:
“El olvido esta lleno de memoria”
Mario serás inmortal-