(en el quiebre-)
Dejar una sala de espera
es dejarnos dormir
por una vez,
es sentir el sentido
si no siente,
si nada aún he de sentir,
es escuchar las voces
de una mitad
de una botella
de una palabra
de joaquín,
es dejarnos -casi- existir.
Un escenario que no gana
una pintura que no cobra
desaliñado perfil
ojos oscuros,
clarísimos espejos de
la ruta de vivir.
Nada.
Vivo sin vivir en mi…¿influencia de Santa Teresa o de Joaquin…Sabina, quizás?
😉
Tu Nada es siempre Todo, Celeste. Desde Santa Teresa a Joaquín Sabina (como señala Only) podríamos trazar una línea recta que pasase por el corazón de la Ruta del Vivir. Somos Todo porque a la vez somos Nada y en esa doble contradicción encontramos respuestas posibles como la que tú encierras en el poema.
Perdonen la tristeza (el Maestro).
cariños