NAVEGAR EN TIERRA

MARINA DA GLORIA.-Rio de Janeiro

En el paseo de la soledad, ella tenia ya su paisaje. Disfrutaba del amanecer, de aquella paz

Con emoción se escondía del resto; Rendirse al sentimiento era para los “otros” sintoma de debilidad. Entonces voluntariamente indefensa, percibia su entorno sin intentar comprender, solo aspirando existencias, latidos, susurros, parpados caídos por el sol, sombras densas, dentro del refugio a la definitiva luz; Poderosa y caliente luz que seguia apoderandose implacable de lo aparentemente real.

Las sombras marcan como gotas negras y pesadas el negativo de los contornos.
Poco a poco, sin tregua, la arena cambia su aspecto mágico por la rutilante e interminable llegada de cuerpos en intercambiable exposición.

Es el momento de volver, a pesar de saber que tendría que navegar con la psicosis del silencio.

Al llegar al barco, contendría el aliento para apenas respirar. Esto se convertia en una laboriosa angustia que él ayudaba a transmitir desde el espacio contiguo. La sensación es tan fuerte que termino con intensos dolores musculares, al tener que mantener el cuerpo en posturas forzadas, con gestos temerosos, que me hacen adquirir una postura de ciempies en peligro. El no alivia en nada esta sensación, al contrario hiriente, lanza miradas de censura.
Convivir en un espacio de 11 mts, rodeado de agua.

Me refugio en el recuerdo: Una pequeña rama se desliza entre el cristal y la ventana. Allí se refleja el camino dorado; desciendo en caricias hacia las blancas y porosas rocas, que huyen húmedas, suaves , escapando hacia el mar.
A pesar de todo, sigo esperando su carta.

3 comentarios sobre “NAVEGAR EN TIERRA”

  1. Noeliaf,

    Como siempre gracias por tus letras, es muy alentador saber que al menos alguien lee lo escrito. Me gustaria compartir contigo los poemas de Neruda y Pessoa que envié via divulgación.
    Quizás mis textos últimos pequen un poco de catastrofistas o tristes, no?
    Me gustaria pedirte que hicieras un critica en este sentido.
    Gracias otra vez.
    Bicos.
    Rosa

  2. Hola, me voy corriendo de viaje ahora, no he podido más que entrar y leer algún texto…, he de decrite que para mi, los textos, aparentenmente pesimistas, no me resultan tristes si desde ellos se encuentra la fuerza para mirar con ganas a la vida…estoy atenta a tus textos y los demás cuando pueda en nuos días, un abrazo

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