Asomado al balcón de la cornisa de la Costa de la Muerte, Nerón toca su cítara mientras sus vándalos “hunos” (aliados con el Imperio de la Desolación) desatan el infierno entre las vegetaciones y las arboledas gallegas. Nerón ha estado veraneando en Galicia y como factor de tinieblas ha quemado el corazón de las inocencias. !Cuánto verdor siendo pasto de las llamadas por culpa de unos lunáticos a los que no importa dejar la superficie de la Tierra como la de su amada “luna” de los desiertos!. Los pirómanos enloquecen de placer bajo la cítara de Nerón asomado a la Cornisa. Todos contemplamos la escena atemorizados por las llamas de la locura… !cuánto tiempo habrá de pasar para olvidar los horrores del Imperio del Mal!. Nerón no culpa ahora a los cristianos. Nerón sólo se solaza con la Destrucción Histórica de los Bosques. Una página exacrable de la historia de los humanos enloquecidos por el placer del fuego. Quizás sea este el verdadero Infierno de las Incongruencias. Acabaremos todos bajo los pies de los caballos que galopan y no vuelve a crecer la hierba allí donde pisan. Porque Nerón ha unido su historia a la de Atila. !Barbaridades del siglo XXI!.