Había cogido un precioso cuento. Era su favorito. La historia era perfecta y los dibujos eran bellísimos. Pero…algo raro le pasaba: le faltaba una hoja. ¡No!
Un cuento incompleto como el Soldadito de Plomo a quien le faltaba una pierna. La página 25 y 26, porque en las hojas los números se hacen compañía.
¡Lamentable pero eficaz!
es algo raro que en un cuento se pierda una pagina, quizas el objetivo, no era imaginarse lo siguiente, era no leerlo, quizas es como nuestra vida, hay momento en los cuales no hubiera querido leer el libro de mi vida ´para descubrir, que cada vez que comienzo una relacion, siempre se va, y mas extraño aun, no se por que, es una hoja que no tengo, una cualidad que me hace falta, o es la culpa de esa hoja que arranque, o que mi primer amor me la arranco y no supe bien por que, por eso digo que hay cosas que mejor la vida arranque las hojas, en vez de reeleerlas y saber que todas tus hojas, y el libro de tu vida, tan solamente sea una desolacion, no por que no hallan hojas, tan solo por que no hay nadie quien las escriba.
Así que la parte más fundamental del cuento, aquella en que se descubrían las claves de todos sus secretos, tuvo que ser escrita por el propio lector. Todo era posible… !Un abrazo, amigo y compañero inestimable del Vorem!. !Sigues escribiendo de maravilla!.
Que se amen los números 25 y 26 en su paraíso, y que su imaginación transforme su cuento favorito, lo reinvente y lo redibuje. Que deje de ser sólo su cuento favorito, para ser el más bello de los cuentos.