¡Shisss! Casi nada resuena entre las paredes vaticanas. Siempre ha sido como ÉL deseaba. Un silencio que ahoga el pisar paulatino del Viajero de los Mundos. Papeles y libros viejos. Verdades como Templos…¿Dónde está el Padre? Nada reclama su presencia sino la ceremonia de ingreso en la larga lista de los “fumatos”. El cielo reclama su paso firme, su hidalguía a la española. ¿Dónde dirá lo que su pluma escribe a fuego? ¿Dónde será para ser? La Alemania Madre reclama en su seno al hijo que donó a la Madre Iglesia. ¡Esta vez el Silencio ha sido su lema! Nada que decir que no sea necesario. Sobriedad y aliño en las bambalinas. Los purpurados nada temen, pues las llaves de Pedro están bajo la almohada del Canciller de HIerro. ¡Shisss…! Nadie perturbe los labios cerrados de un Pontífice electo, pues es de rigor esperar su primera encíclica….”Silens…silentis”.