El grillo canta obscenamente,
en la plácida noche oscura,
mientras Orihuela duerme,
la casa donde nació el poeta
en sus ruinas se estremece.

Fiestas de Moros y Cristianos,
calles llenas de engaño,
plañideras emociones ocultas,
de otros tiempos se esconden.

El negro raspar de extremidades,
prolongadas en busca de pareja,
engañan el silencio del azabache,
la luna se asoma y observa,
las nubes la ocultan y calla.

Los gatos de colores pardos,
someten a los blancos y negros,
la nocturnidad los estremece,
el cielo lluvioso asoma.

Es noche de poesía negra,
de emociones impresas en papel.

Truenos fuertes que ocultan,
clamores de lluvias incesantes,
de renacer de vidas nuevas,
en aguas de Julio torrenciales.

Tierras ocres y verdes de poesía,
naturaleza viva en movimiento,
incesante existencia humana
que me acerca a la cuna
de un grandísimo poeta.

Que me hace alejarme,
tristemente de sus gentes,
la que de sus letras,
y de su nombre,
se aprovechan.