Serenidad de la calma noche,
inquietud del espíritu soñador,
silencio del largo derroche.
del pensamiento agotador.
Me asomo a la ventana oscura,
la inquietud pensante me embauca,
viene en forma de fruta madura,
sonando como una gaita galáica.
El silencio llama a mi puerta,
salgo a verle vestido de organza,
el vacio eco añorado se inserta,
me incita a buscar venganza.
Apago la luz y me acuesto,
tengo ganas de olvidar,
me mantengo en mi puesto,
el cansancio empieza a ganar.