Noches de bohemia con luna menguante (Teatro) -10-

Escena Décima.

Personajes.- Una vieja pintada, Don Florentino, La Lunares, José Luis.

Escenario.- Teatro Real de Madrid, en la Plaza de Isabel II. Cuatro personajes están representando el destino de dos donjuanes. Sentados todos en sillas. No hay ninngún otro elemento decorativo. Al fondo del escenario, y colgada del techo, hay una luna menguante.

Una vieja pintada.- ¿Quién desea hablar en primer lugar?
Don Florentino.- Tengo miedo.
Una vieja pintada.- ¿De las ratas o de los ratones? ¿Tiene usted miedo de las ratas o de los ratones? Son dos cosas muy diferentes aunque parecen lo mismo.
Don Florentino.- ¡De las brujas como usted! ¡Ay, ay, ay! ¡Mis muelas!
Una vieja pintada.- Ja, ja y ja. ¡Que le den morcillas a usted y a sus muelas!
Don Florentino.- ¡Ay, ay, ay! ¡Mis muelas!
Una vieja pintada.- ¿Alguien más quiere decir algo más que llorar por sus muelas?

(La Lunares se atreve)

La Lunares.- ¡Qué pollos más elegantes estos dos! ¿Tenéis muchos sueños para esta noche?
Una vieja pintada.- Quizás nos pongan hasta pisos a escondidas de sus señoras mujeres.
La Lunares.- Eso sería mucho más provechoso que ponerse a llorar.
Una vieja pintada.- ¡Roñicas! ¡Ni tan siquiera gastan en tabaco!
José Luis.- ¿Puedo decir algo de la nicotina?
Una vieja pintada.- ¿Por qué no nos dices algo de La Clementina?
La Lunares.- ¿También con La Clementina?
Una vieja pintada.- ¡Sí! ¡Regalando sortijas claro está!
La Lunares.- ¿Ni tan siquiera para dar una chupada?
Una vieja pintada.- ¡Buen chiste, Lunares!
La Lunares.- Me refiero al pitillo.
Una vieja pintada.- ¡Este sí que es bueno!
La Lunares.- ¿Y qué me tienen que contar los dos calaveras?

(Los dos donjuanes bajan la cabeza mientras la vieja pintada suelta carcajadas)

La Lunares.- ¡Un momento muy momentáneo! ¡Se me ocurra una infeliz idea!
José Luis.- ¿Puedo decir algo sobre la nicotina?
La Lunares.- ¿Algo de la nicotina relacionado con La Clementina?
José Luis.- ¡Nada! ¡Que esta noche no puede ser! ¡No tenemos el santo de cara, Don Florentino!
La Lunares.- ¡Mírame! ¿Estoy madura? ¿No ansiabas tocarme? ¡La Clementina está muy blanda! ¿Quizás porque es como una ciruela o tal vez como un ciruelo?
José Luis.- ¡No puede ser! ¡Esta noche no puede ser!

(La Lunares sólo sonríe)

Una vieja pintada.- ¡Hermoso panorama el de estos dos! ¡Parece el final de “Lo que el viento se llevó”! ¡Míralos! ¡Están agarrotados mientras todo arde a su alrededor! ¿Será el infierno que llevan dentro?

(Ahora quien sonríe es la vieja pintada)

La Lunares.- ¿Deseas palparme para ver si es cierto?
José Luis.- No es necesario. Te veo demasiado magra.
La Lunares.- ¿Magra yo? ¿No te engaña otra vez la vista y soy magro?
José Luis.- ¡Nos engañaron!
La Lunares.- ¿Quiénes os engañaron? La noche madrileña es muy tracionera.
José Luis.- ¡Las ninfas! ¡Nos engañaron las ninfas.
La Lunares.- ¡Pobrecillos! ¿Creíais que estábais en plena edad de la mitología? ¿De verdad sois tan infantiles que creíais que podríais abusar de las quinceañeras? Las de quince años saben más que el Lepe de Lepe. ¿Pensábais que eran tontas?
José Luis.- ¡Nos dijeron que tenían veinticinco!
Las Lunares.- ¿Veinticinco hijos a los quince años? ¡Qué bárbaro! ¡Eso sí que es batir el récord mundial de las plusmarcas de velocidad! ¿Y vosotros os las dábais de ser expertos? ¿Quizás la Clementina iba de gratis o de propina nada más?
José Luis.- ¡Las sortijas de oro! ¡Le regalamos las sortijas de oro!
La Lunares.- ¡Toma castaña! ¿Y no vistéis que La Clementina sólo era una castaña y además pilonga para más señas?
José Luis.- ¡Estaba disfrazada de bombón!
La Lunares.- ¿No sabes distinguir, oh gran experto en mujeres, entre un bombón y un castaño disfrazado? ¡Eso sí que es tener mala vista! ¡Fatal! ¡Vaya fatalidad!
José Luis.- Es que era muy de noche cerrada…
La Lunares.- ¿Y qué se nota cuando se descubre que hay ninfas que no son mujeres? ¡Hay que aprender más de mitologías, caballeros! ¡Hasta para ser infantiles hay que saber serlo!
José Luis.- ¿Cómo íbamos a pensar que era un tío cuando nos pidió el sanduche?
La Lunares.- Pero… ¿no sois tan sabios y realistas? ¿Para qué os sirven los espolones? ¿Cómo dos tíos tan sabios y tan realistas no distinguen la diferencia entre un farol y una farola?
José Luis.- Nos faltó tiempo para reaccionar.
La Lunares.- Hasta que llegásteis al éxtasis final. ¿No es cierto? ¿No os dísteis cuenta de dónde estaba la cámara o creíais que sólo era una cámara de compensación bancaria por servicios prestados?
José Luis.- ¡Tanto Don Florentino como yo no sabíamos que La Clementina fuese tan inteligente!
La Lunares.- ¿Es que os cantó una copla a lo Joselito haciéndose pasar por Marisol?
José Luis.- ¡Eso! ¡Eso! ¡Eso!
La Lunares.- ¿Eso mismo fue lo que pasó?
José Luis.- De verdad de la buena.
La Lunares.- De verdad de la buena fue la sorpresa que os regaló. ¡Enchufados!
José Luis.- ¡No nos lo recuerdes, por favor!
La Lunares.- No. Si el problema no es lo de enchufados porque eso les pasa a muchos como vosotros. El problema es el inolvidable recuerdo que les va a quedar a vuestras señoras mujeres cuando vean los fotogramas… porque resulta que son hasta de cine…
José Luis.- la culpa fue de Don Florentino. Me distrajo con su dolor de muelas y nos entraron las prisas y cuando entran las prisas…
La Lunares.- Claro, claro, claro. Él con su dolor y tú con tus ganas… os equivocásteis de lagarta proque resultó ser un lagarto… ¡Y ahora cómo vais a fardar delante de vuestros subordinados!
José Luis.- Como cantaba flamenco…
La Lunares.- ¿Pero no sabéis la diferencia que hay entre coplero y coplera? ¿Veis lo que os pasa por no leer Literatura?
José Luis.- Es que estábamos emocionados con el cante…
La Lunares.- Más emocionadas se van a quedar vuestras señoras mujeres.
José Luis.- ¡Nos equivocamos! ¡Reconozco que nos equivocamos!
La Lunares.- ¿Y ahora también os vais a equivocar cuando lleguen ellas?
José Luis.- ¿Cuánto dinero queréis por los fotogramas?
La Lunares.- Ahora soy yo quien canta. Dejad que lo piense.

(La Lunares hace como que piensa, la vieja pintada sonríe, a Don Florentino le castañean los dientes y a José Luis le tiemblan las piernas)

La Lunares.- ¡Pues no! ¡Va a ser que no! ¡Soy defensora de las buenas mujeres engañadas sin ellas saberlo!
José Luis.- ¡Yo creía que tenia veinticinco!
La Lunares.- ¿No les miras los dientes a las burras que compras? ¿Tú no eres de pueblo?
José Luis.- Pues sí. Pero resulta que yo soy muy burro y resulta que Don Florentino es muy asno!
La Lunares.- Y por eso siempre pensáis que va a sonar la flauta…
José Luis.- ¡Eres muy justiciera!
La Lunares.- ¡Lo soy!
José Luis.- ¡Hueles a nardos!
La Lunares.- Pero ya los tengo todos vendidos a un solo hombre. Lo siento por vosotros dos pero ojos que no ven corazón que anda ciego.
José Luis.- ¡Qué boca más bonita tienes!
La Lunares.- ¡Uuuuhhhh! ¡Es para comeros mejor! ¿No os gusta lo del lobo y la Caperucita?
José Luis.- Entonces… ¿qué pasa?
La Lunares.- Entonces pasa lo que pasa entonces.

(Se escuchan los alaridos que vienen lanzando a todo volumen las esposas de Don Florentino y José Luis)

SE BAJA EL TELÓN.

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