Escena Tercera.
Personajes.- El tabernero, Un borracho, “Bakunin”, Don Desatino, “La Apasionada”, “El Rey de los Ilusos”, “La Lagarta”, Una voz de la calle.
Escenario.- Noche cerrada. Local de la CNT en la Plaza de Tirso de Molina, de Madrid. Los revolucionarios están sentados todos ante una mesa rectangular que presiden “Bakunin” y “El Rey de los Ilusos”. Hay churros sobre la mesa. En el fondo del escenario, y colgada de la pared, hay una luna menguante.
El tabernero.- ¿Puedo opinar o no puedo opinar para saber de qué va esta reunión?
Un borracho.- ¡Vino, por favor! ¡Es necesario el vino para quien vino y quien no vino se quedó sin vino!
“Bakunin”.- ¡No os conozco, compañeros y camaradas!
El tabernero.- ¡Yo tampoco te conozco a ti, así que Levante Las Palmas equis! ¡Te pareces a Rasputín solo que en macarra!
Don Desatino.- ¿Quiénes son estos dos golfos?
El tabernero.- ¡Golfos no sino solamente golferas! Desde que nací sé quién soy.
“Bakunin”.- ¿Prometéis no volver nunca más por aquí?
El tabernero.- ¡Depende! ¡Todo depende de lo que depende! ¡Yo dependo, tú dependes, él o ella depende! ¡Nosotros dependemos, vosotros dependéis y ellos o ellas dependen! ¡También lo sé decir en cuanto a chupar se dice! ¡Yo chupo, tú chupas, él o ella chupa! ¡Nosotros chupamos, vosotros chupáis y ellos o ellas chupan!
(“La Apasionada”, una moza muy bien parecida, y periodista para más señas, se emociona por cómo ha empezado la reunión)
“La Apasionada” (cantando).- ¡Lleve usted nardos caballero, si es que quiere a una mujer! ¡Nardos no cuestan dinero y son lo primero, para convencer!
“Bakunin”.- ¡Tenemos todos que estar convencidos o se rompe la baraja!
“La apasionada”.- ¿Manda usted algo más, compañero y camarada “Bakunin”?
(Don Desatino comienza a liar un porro mientras interviene en la discusión)
Don Desatino (cantando mientras fabrica el porro).- ¡Chimpón, jódete patrón, saca pan y vino, chorizo y jamón… y el porrón!
“La Apasionada”.- ¡Bravo por Don Desatino!
El tabernero.- ¿Qué nos estaba usted diciendo antes, compañero y camarada “Bakunin”?
“Bakunin”.- ¡Que ni a usted ni a su acompañante los conozco de nada! ¡Pido una explicación!
El tabernero.- ¿Desea una confesión por escrito, compañero y camarada “Bakunin”, o se conforma con mi palabra?
“La Apasionada”.- ¡Bravo por el tabernero!
“Bakunin” (todo ofendido).- ¡Basta ya de bravos, “Apasionada”!
“La Apasionada”.- Es que son de una bravura demasié, compañero y camarada “Bakunin”. ¡Compréndelo por fa!
“Bakunin”.- ¡No aguanto ni soporto ni admito más pasotadas!
“La Apasionada” (sin hacer caso a “Bakunin” y dirigiéndose a Don Desatino mientras pone los dos pies sobre la mesa).- ¿Puede liar otro para mí?
El tabernero.- Porque eres tan guapa te lío dos…
“Bakunin”.- ¡Prohibido liar porros en este local y prohibido poner los pies sobre la mesa!
El tabernero.- ¡Se siente se siente lo anarco está presente! ¡La más máxima de todas nuestras máximas es prohibido prohibir!
“Bakunin”.- ¡Usted y yo vamos a tener que hablar en un aparte!
“La Apasionada” (sin bajar los pies de le mesa).- ¡Gracias por los dos porros y la grandeza de darle a entender lo de la máxima de todas nuestras máximas, compañero y camarada tabernero! ¡Esto es guay del Uruguay o del Paraguay o del Nicaraguay pero guay!
Don Desatino.- ¿Sigo con las máximas o empiezo con las mínimas, “Bakunin”?
“Bakunin”.- Pedonad, compañeros y camaradas, colegas todos y colegas todas, pero estoy perdiendo la voz.
El tabernero.- ¿Y la vergüenza, gordo compañero y gordo camarada y gordo colega y gordo solamente a secas? ¿Ha perdido alguna vez la vergüenza, sinvergüenza?
“Bakunin”.- En cuanto a ese punto soy todo un clásico.
“La Apasionada”.- ¡Pues si todo está a punto yo me apunto!
Don Desatino.- ¡Soy el primer pasota de la España anterior y de la España posterior! ¡Hoy es un día muy grande para la Causa!
El borracho.- ¿Hay vino o no hay vino? ¡Quien vino tiene vino y quien no vino no tiene vino!¡Propongo que esta frase sea otra de nuestras más famosas máximas!
“Bakunin”.- ¿Quién es este borracho del cual repito que no conozco de nada?
Don Desatino.- ¡Lo importante no es saber quiénes somos sino cómo somos! ¡Es una de las más grandes máximas de nuestras células reproductoras, compañero y camarada Bakunin!
“Bakunin” (razonando por primera vez).- Eso si que es verdad…
(Se produce un minuto de tenso silencio que rompe Don Desatino)
Don Desatino.- Pues ya que nadie habla… ¡que hable el pueblo y el pueblo soy yo porque he nacido en Tragacete!…
“La Apasionada”.- ¡Bravo por Don Desatino!
“Bakunin”.- ¿Todavía te dura el cachondeo, “Apasionada”?
“La Apasionada” (cantando).- ¿Será una rosa o será un clavel? ¡El mes de mayo te lo diré!
Don Desatino.- ¡En verdad que eres moza muy brava!
“La Apasionada”.- ¡Bravo por Don Desatino!
“Bakunin”.- ¡Prohibido ligar en este local!
(Se produce otro largo minuto de tenso silencio que rompe esta vez “La Apasionada”)
“La Apasionada”.- ¡A mí me encanta Escobar! ¡Quiero ligar con Manolo!
“El Rey de los Ilusos” (despertando de su dormidera).- ¿Te gusta Manolo?
“La Apasionada”.- ¡Más que a Maroto su moto! ¡Menos mal que te despìertas, Jefe!
“El Rey de los Ilusos” (atusándose el poquísimo cabello que le queda).- ¿Estoy bien peinao, “Apasionada”? ¿Cómo luce mi peinao?
“La Apasionada” (cantando en un principio).- ¡El bien peinao! ¡Te llaman el bien peinao! Y ahora sin cantar. ¡Pura filfa!
“El Rey de los Ilusos” (con lagrimitas en sus ojos).- ¡No me seas tan mala, por Kropotkin, no me seas tan mala!
“La Apasionada” (llevando su índice derecho a la sien).- ¡Chalado! ¡Chiflado! ¡Chalupa! ¡Todas con la che del Guevara!
“El Rey de los Ilusos”.- ¿Has terminado ya con los piropos?
“La Apasionada” (otra vez llevándose su índice derecho a la sien).- ¡Majara! ¡Majareta! ¡Memo! ¡Todas con la eme de miércoles! ¡Perdido!
“El Rey de los Ilusos”.- ¿Qué es lo que he perdido?
“La Apasioanda”.- ¡La aguja de marear los vientos! Ya lo predijo Quevedo pasando por Oviedo.
“El Rey de los Ilusos”.- ¿Pero si Oviedo no es de los nuestros?
“La Apasionada”.- ¡Me da lo mismo lo mismo me da un Oviedo que viene o un Oviedo que va!
“La Lagarta”.- ¡No te las des de tanto, “Apasionada”!
“La Apasionada”.- ¡Perdona rica, que ya sabemos todos los de la anarca que tienes bien llena el arca gracias a los dineros de un carca que es el amo de toda la comarca!
“La Lagarta”.- ¡”Lagarta” me llaman y ya veo yo que tú no eres rica pero estás muy rica!
“La Apasioanda”.- ¡Muchas gracias, compañera y camarada burguesa! ¡Luego te invito a una hamburguesa y a un helado de fresa! En KFC por supuesto.
“Bakunin”.- ¿Podemos ponernos todos ya serios o no podemos ponernos todos ya serios?
Don Desatino.- ¡Cuántos desatinos pides, “Bakunin”!
“La Lagarta”.- ¡Don Desatino lleva razón!
“La Apasionada”.- ¡Bravo por Don Desatino!
“La Lagarta”.- ¿Estás intentando ligar con él?
El borracho.- ¿Vino o no vino el vino? ¿Porque si vino el vino es que vino y el que vino tiene vino pero el que no vino no tiene vino? ¿Alguien puede explicarme qué está pasando aquí?
“La Lagarta”.- ¡Cállate, Zacarías!
El borracho.- ¿Yo me llamo Zacarías?
“La Lagarta”.- Pues no. No te llamas Zacarías pero pareces un profeta mayor con toda la barba hasta el ombligo. ¡Eres lo más parecido a un pope que yo he conocido y mira que hay popes entre los anarcas!
El borracho.- ¡Al servicio de todos ustedes, queridos compañeros y amadas camaradas!
“La Apasionada”.- ¡Qúe bien habla! ¡Qué educado es! ¡Cómo distingue los géneros! ¡Bravo por el borracho!
El borracho.- ¿Quién es tu padrino, nena?
“La Apasionada”.- No ha venido hoy pero le dicen “Cagancho”.
El borracho (dando un respingo).- ¡Un matador tal vez!
“La Apasionada”.- ¡Más matador que un maletilla con mil años de hambre!
El borracho (dando otro respingo).- ¿Y corta muchas orejas y rabos?
“La Apasionada”.- Depende. Todo depende.
El borracho (como con miedo).- ¿De qué depende?
“La Apsionada”.- De la clase de animal que tenga que despachar depende y también de la taleguilla que cada uno lleva depende. ¡De algo hay que vivir digo yo!
“El Rey de los Ilusos”.- ¡No seas tan provocativa, querida compañera y amada camarada!
“La Apasionada”.- ¡Eso no te lo crees tú ni colgado del Viaducto de Madrid, tio pelmazo!
(El tabernero, que ha quedado en silencio desde hace muchos minutos, reacciona)
El tabernero.- ¡Hay voces en la calle!
“El Rey de los Ilusos”.- ¡Son los pringaos de siempre!
El borracho.- ¿Es que es verdad que los pringaos son los que salen a protestar a las calles mientras los peces gordos… ejem… ejem… y ejem…?
“La Apasionada”.- ¡Pero a mí no me cuentes entre ellas porque todavía soy virgen gracias a Dios!
El tabernero.- ¡Bravo por la Acción Ciudadana!
“La Lagarta”.- ¡Hombre! ¡Cállese por favor! ¿No ve que se van a dar cuenta si le escuchan?
(Aumenta el griterío de los que están en la calle mientras llueve a cántaros)
“El Rey de los Ilusos”.- ¡Nosotros a lo nuestro!
“La Apasioanda”.- ¿Pero se puede saber ya qué es lo nuestro?
“La Lagarta”.- ¡Callaos todos no vaya a ser que se den cuenta y vengan a pedirnos cuentas y a ajustarnos el balance bancario!
(Siguen subiendo de volumen los gritos que llegan desde la calle mientras llueve más fuerte)
El borracho.- ¿Es que vamos a morir entre sus manos? ¿No somos compañeros, camaradas y hasta colegas de ellos?
Don Desatino.- Escuchad. Me parece que ya se han dado cuenta.
El tabernero (cantando).- ¡Ya lo sabía ! ¡Ya lo sabía! ¡Antes de que te enteraras tú yo ya lo sabía! ¡Ya lo sabía! ¡Ya lo sabía!
“Bakunin”.- ¿Quiénes sois vosotros dos? ¡Con razón no os conocía de nada!
Don Desatino.- Pero llevan toda la razón.
“Bakunin”.- Lo razonable no es la razón sino la sinrazón de lo razonable.
“La Lagarta”.- ¡Que bien hablas y qué bien razonas! ¿Va a haber movida o no va a haber movida?
El tabernero.- ¡Eso es lo importante, “Bakunin”! ¿Mojamos o no mojamos los churros?
“Bakunin”.- ¡Pues claro que sí mojamos! ¡Baja ya los pies de la mesa, “Apasionada”, porque ya no es necesario ser pasotas y tú, “Rey”, trae rápidamente el chocolate antes de que se enfríe demasiado! ¡Comamos deprisa antes de que nos vean los pringaos y podamos hacerles saber que estamos hablando de la Causa nada más!
Don Desatino (una vez que “El Rey” ha traído el calderón de chocolate y “La Apasionada” ha quitado los pies de la mesa).- ¡Feliz feliz en tu día, amiguito “Bakunin”, que Dios te bendiga! ¡Feliz feliz en tu día y que cumplas muchos más!
Una voz (que proviene desde la calle).- ¡Sinvergüenzas!
SE BAJA EL TELÓN.