Noches de café

En el interior de todos mis poemas
siempre hay un café que, de nocturno,
se hace taciturno,
alegre, trashumante
de emociones y de humo.

Son los cafés en que te tengo
asida al estribo de mi sueño.
Turno.

Gira la noche en el espúreo
carrusel de los vaivenes
y bailan las notas de un segundo
detenido en la esfera del resol
donde reflejan su profundo
sentimiento los colores
de charol.

Noches de café
bajo el farol
y la luna está colgada
bajo un balcón.

En el interior de todo mi poema
luce la flor:
!noctámbula bohemia
sin alcohol!.

Noches de café
que para mí son
los besos de tus labios
con sello de almidón.

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