Nuestra evolución corporal

Necesitamos aprender una nueva comprensión del cuerpo humano como forma sustancial de la vida en una sociedad que no se base ya jamás en la artificiosa competitividad que nos lleva a callejones sin salida. Todo lo que existe siente por sí mismo. La ecología holística de lo humano es la ciencia y el arte de las relaciones interpersonales y los seres relacionados entre sí con nuevos paradigmas culturales, educativos y científicos. Necesitamos volver a nuestras raíces biológicas amorosas que dieron lugar a nuestro linaje humano.

Elegir el propósito de vivir en medio de una convivencia amorosa con los otros y la naturaleza de los otros es dar lugar a un lenguaje sin violencia alguna, a un lenguaje que haga posible el sueño de desarrollarnos con amplitud sin límites. Por eso necesitamos también desarrollar una nueva inteligencia.

Nuestra evolución corporal humana es eso. Un proceso por el cual nuestro cuerpo se va volviendo igual que las palabras que nos enseñan. Tenemos que aprender definitivamente ya que yo no soy yo, yo soy las palabras que otros plantaron en mï: padres, madres, profesores, amantes, amigos, compañeros, políticos, poetas, libros, televisión, cine, teatro, experiencias humanas y diversas que conformaron mi cuerpo sensitivo. Los humanos o somos con otros o simplemente no aprendemos a ser humanos. Nuestros cuerpos sintientes basan su identidad sistemática en el aprendizaje de la convivencia.

Depende de la calidad de los procesos relacionales en los que estamos imbuídos que vivamos los contextos más significativos en los que habitamos la creación y el desarrollo vitalista de nuestros cuerpos. Depende de dicha calidad los autoconceptos y las autoestimas de nosotros mismos. El modo de vernos y sentirnos es el lenguaje con el que nos movemos. Y me refiero no a las palabras ni al sentido de las palabras sino al hondo y profundo sistema de nuestras expresiones de vida y de existencia.

Un comentario sobre “Nuestra evolución corporal”

  1. No puedo estar más de acuerdo con tus reflexiones.
    Lo que más echo de menos del pasado son esas relaciones sin complicación que había entre la gente. Nos hemos vuelto demasiado sofisticados y lo que prima es lo superficial. Las sociedades, cuanto más evolucionadas, más egoístas, eso ya se sabe.
    Ojalá sepamos darnos cuenta y rectifiquemos un poco.
    Un saludo, Diesel.

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