Oda a Iríbar

!Oh, Ángel llamado José;
guardameta de inmortal presencia
bajo los palos eras la ciencia
del Athletic yo lo sé!.

!A tí, Ángel de Chopo
cuyas sombras alargadas
hacian aquellas paradas
insólitas como un trompo!.

!En la Final del setenta y siete
saliste por la puerta grande
y el canto hasta hoy se expande
en la afición sonriente!.

!Venció el Betis, si señor,
después de haber empatado
gracias a todo lo parado
con tus manos de esplendor!.

!Venció el Betis a los panaltys
pero aquella tu noche gloriosa
fue la estrella victorias
que ganó todos los royaltys!.

!En San Mamés te recuerdan
todos los viejos leones
y los cachorros peleones
como un espejo te concuerdan!.

!En el Cancionero Vascuence
en español claro y puro
está ese lado maduro
del guardameta que vence!.

!Eran tus manos prodigios
de balones apretados
al corazón de tus alados
saltos en los precipicios!.

!Y siempre bien colocado
como hombre fuerte y recio
ningún delantero con precio
te tomaba descuidado!.

!Fuíste la esencia vasca
para generaciones enteras
y eres, lo digo de veras,
tertulia en toda gran tasca!.

!León de cuerpo presente,
fuiste la grande figura
de la que surgió la textura
de otros porteros simiente!.

!Tarde de blanco y rojo
como el horizonte infinito
yo te escribo con el instinto
sin rubor y sin sonrojo!.

!Ángel de las porterías,
ídolo de mis infancias
todavía no son rancias
tus históricas melodías!.

!Llenaste los corazones
de millones que admiraban
y las mujeres clamaban
tu nombre por mil razones!.

!Oh, Iríbar el sin igual,
nadie mejor en el mundo
para ser el más profundo
guardameta ideal!.

Nota Cultural.- Oda es una palabra latina con origen griego para hacer referencia a una composición poética del género lírico. La oda puede ser desarrollada en diversos tonos y formas, y toca asuntos de cualquier índole. Por lo general, suele dividirse en estrofas o partes iguales.

Las odas originales eran cantadas con el acompañamiento de algún instrumento musical como la lira. Las odas pueden ser monodias (cantadas por una sola voz) o corales (interpretadas por un grupo de personas).

Pese a su variedad temática, la oda suele expresar la admiración por algo o por alguien. Una oda, por tanto, es una pieza creada con una intención de homenaje o exaltación. Varios poetas greigos dedicaron odas a los dioses, atletas, guerreros y héroes; otros, en cambio, preferían exaltar las figuras del amor y los placeres.

El poeta chileno Pablo Neruda es uno de los mayores representantes de la oda latinoamericana. Neruda escribió odas sobre temas espirituales (como la alegría); pero también para homenajear a distintos colegas (Federico García Lorca o Walt Whitman por ejemplo) y a objetos, en apariencia, poco relevantes (odas a la cebolla y a los calcetines por ejemplo).

El alemán Friedrich Schiller fue el autor de “Oda a la Alegría” (“An die Freude” en su idioma original). El poema inspiró a Ludwig Van Beethoven a la hora de componer su famosa Novena Sinfonía, conocida también como Himno a la Alegría.

La Novena Sinfonía y el poema de Schiller han dado nacimiento al Himno Europeo, adoptado por la Unión Europa en 1985. Esta obra, que incluye modificaciones al poema original, fue interpretada por primera vez el 29 de mayo del 85.

La “Oda a Platko” (otro guardameta inolvidable) fue escrito por el poeta español Rafael alberti y lo llegó a cantar incluso el argentino Carlos Gardel. Se inspiró en el tercer partido de la final de la Copa de España de 1928 en la que se enfrentaron, en Santander, el Barcelona contra la Real Sociedad de San Sebastian. Existen otras diversas odas a grandes porteros de fútbol como por ejemplo la “Oda a Zamora”.

La presente “Oda a Iríbar” que la acabo de escribir hoy, es un merecido homenaje de admiración al guardameta José Ángel Iríbar del Athletic Club de Bilbao (uno de los mejores porteros de fútbol de todos los tiempos a nivel mundial). Está inspirada en la final de la Copa del Rey de España de 1977 en la cual se enfrentaron, en Madrid, el Real Betis Balompie y el Athletic Club de Bilbao. Y es que iríbar fue mi ídolo futbolístico en aquella infancia mía de los juegos infantiles del fútbol de chapas.

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