De nuevo llega el frío, calcetines, botas, gorro, bufanda, que el alma no pierda el calorcito acumulado de un bonito verano. Y el tiempo calla, no dice nada, se para en la esquina y espera. Es reconfortante sentir el frío aire penetrar hasta lo más hondo de tu ser. Mientras queme el alma no hay frío que nos pueda. Noviembre con su nó, diciembre dice algo, susurra. La punta la nariz, helada, sonrío y me acuerdo del sol, de la playa, del cielo azúl. Aunque no siento frío, y menos en el alma, gracias a tí, que me quieres, que te quiero como jamás había querido. O no había querido?. Formas diferentes de amar, pero la tuya es la que me gusta. Quizás un día todo se acabe, de cuajo,y me digan: es la vida, pero…

Bah, que nó, que siempre quedaría lo bonito por recordar, lo aprendido, lo sentido. La cara y cruz de la vida, hoy arriba, mañana abajo, le damos la vuelta y… de nuevo arriba. Una página más en este diario que es la vida. He aprendido muchas cosas en éste tiempo, a conocerme, a quererme, a darme cuartelillo y sobre todo, a perdonarme. Tú eres único, y tú, y yó, cada uno en mundos tan diferentes y tan iguales a la vez… Todos buscando lo mismo. Calentémos nuestras almas para derretir el hielo de tantos corazones helados que hay por este nuestro mundo. Me alegro de haberos encontrado. No sabía si seguiría después de tanto tiempo este rinconcito tan agradable, me alegra muchísimo que siga estando. Aquí si que hace calor. Besossssssss. Alaia