Fue…

Campanilla de dulce sonar
gargantilla de suave yacer
de noche nada podré hacer
si estoy seguro te he de soñar.

Coralito de ese collar
badajito de ese sonido
en tu sombra me anido
estos días para reposar.

Sepia? más me gusta be ene
Fernanda? si me gusta Liliana
creo que ya no entiendo nada
dar valor a lo que no lo tiene.

Reprobado en literatura
mutilado por un corazón
perdido por tu sin razón
y sin cordura de tu cintura.

6 comentarios sobre “Fue…”

  1. Buen poema Juanjo. Has puesto sinceridad acompañada. Eso es importante. En cuanto a lo de sin cordura es quizá el misterio clave de todo poeta. Me refiero, por supuesto, a la sin cordura de los locos que marchan por la vida llamando normalidad a lo que precisamente es pura rutinaria enfermiza. Tu poema es vigoroso y esa es la verdadera cordura/locura de los poetas que seguimos los caminos que no conocen los “normales”. ¿Quiénes son los “normales”?. Deja por un momento de escribir y sal a la calle. Los “normales” son los que no saben ni hacia dónde van. Nosotros, los poetas, siempre sabemos que hay un lugar para dirigirnos: la Imaginación del Arte. Aunque los “normales” no lo sepan.

  2. De acuerdísimo Compañero… pero también creo que los normales no saben a donde van más SI (y muy claro), el camino que los lleva a esa vanidad; en cambio, la imaginación del arte, que es un buen puerto donde aguardar tiene muchos caminos por los que EL QUE ESCRIBE puede recorrer. Un abrazo

  3. Hola Alaia, explicadme porfa ese OLEEEEE; quiero saber de veras lo que significa. Tengo dos opciones de respuesta, seguramente sea una de ellas.
    Si no hay respuesta tampoco hay problema; el paso de la vida se ha callado muchas veces cuando le he preguntado por las razones de ciertas cosas.

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Fue

“Fue. Nunca volverá a ser. Recuérdalo”.

Leo estas últimas palabras del libro y me asomo a la ventana. El primer día del año es gris y húmedo y la vista, aún familiar, no es reconfortante. Pienso en esas tres últimas frases, tan sencillas, que aparentemente dicen poco pero que a mí me dicen mucho. Las analizo.

Fue, efectivamente, y mientras duró fue maravilloso. Nunca volverá a ser, pero su recuerdo me ha acompañado todos estos años y me seguirá acompañando hasta el final, cobrando cada vez más valor a medida que transcurre el tiempo. Siempre lo recordaré, pero el recuerdo no me llevará a la desesperación, sólo a la añoranza. Lo recordaré como algo que gané y cuyos réditos aún recibo.

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