Este texto lo redacté hace ya algo más de un mes, previo a mi visita al Palacio. Hoy miércoles he podido al fin visitarlo, y mis impresiones las dejo para un segundo texto.
En mis recorridos por Madrid he seguido la pista de Cayetana, Duquesa de Alba, musa de Goya y biznieta del famoso Duque de Alba, el que participó en las guerras de Flandes. He estado en uno de sus alojamientos, un palacio del siglo XVI en la calle Don Pedro, en uno de los barrios más antiguos y mejor conservados de la ciudad, que no estaba abierto al público pero al que pude acceder por estar en tiempos en él unas dependencias de la Administración.
Me ha sorprendido que el autor de la novela biográfica “Goya”, mencione repetidamente el palacio que Cayetana de Alba se estaba haciendo construir a finales del siglo XVIII en Madrid y lo sitúe en la Moncloa, al tiempo que le aplica su nombre verdadero, palacio de Buenavista. Es decir, nombre auténtico, ubicación errónea. El palacio de Buenavista lo comenzaron a construir en 1769 los abuelos de Cayetana, pero las obras se paralizaron por diversos problemas, entre ellos un par de incendios. La cuestión es que la construcción no finalizó ni siquiera antes de la muerte de la Duquesa, que hubo de contentarse con habitar solamente una parte del palacio.
Se supone que el autor de un libro tan minucioso se ha documentado lo suficiente como para saber que el palacio de Buenavista, que actualmente existe ocupado desde hace décadas por el Cuartel General del Ejército, no tiene nada que ver con el palacio de Liria, actual residencia de los Alba y sede de la fundación Casa de Alba, que sí está por la zona de Moncloa, concretamente en la calle Princesa. Me parece cuando menos extraño que tampoco nadie de la editorial, al traducir y publicar el libro, haya caído en el error cometido por el autor y haya resuelto el problema con una nota del traductor. Sabemos que los escritores suelen tomarse licencias en temas geográficos o históricos, pero lo hacen premeditadamente y así lo hacen constar normalmente.
El palacio de Liria, también de finales del XVIII, no se construyó por encargo de los Alba, ya que en origen fue propiedad de los Berwick, duques de Liria. Fue a principios del siglo XIX, al morir la duquesa Cayetana, musa de Goya, sin descendencia, cuando ambos linajes se unieron en la persona de su sobrino Carlos Fitz James Stuart.
Excelente tu investigación, Carlota. Resulta curioso que no se hayan dado cuenta de ese craso error.