Veredas que se expanden hacia cualquier lugar,
oníricos cantos de sirena que nos llenan el alma,
rescoldos que recuerdan el fuego que nos consume,
embriagadores sueños perfumados de existir efímero,
matrizes hacedoras de literatura espléndida y verdadera.
Mortales seres audaces componiendo remansos de escritura,
ensimismados lectores engullendo ávidos poemas de amor y vida,
resucitados espíritus de literaturas olvidadas animando el espacio,
ocupando por unos momentos la penuria del acontecer diario,
volveremos renovados y henchidos de un espíritu optimista.
Kilómetros de tinta gastados en hojas blancas de papel,
invitando a una lectura franca de sus ideas peculiares,
omnipresente cántico de amistad limpia y verdadera,
Wenceslao Fernández Florez y “El bosque animado”,
animándome a una agradable y amena lectura.
¡Vaya! Tú has ido más allá… has gastado kilómetros de tinta en dar vida a un gran acrónimo. ¡De verdad, que sorpresa! No esperaba que tuviera tan buena cogida una idea propia. Me gustó mucho, un abrazo.
En fin… ¿por que no seguir haciendo cadenas? Cada cual que de su idea… creo que es un ejercicio bastante bonito y confortante.
Bueno, se podría comenzar un relato, escribir una parte y que luego lo siga otro. Pero la dificultad es que quizá lo retomaríamos varios a la vez, con lo cual pienso que la solución, a falta de otra mejor, sería que el que comienza el relato indicara quién debe seguirlo, y lo mismo para cada parte. Claro que deberíamos decir a priori quién quiere participar y quién no.
A lo mejor es una idea descabellada, no sé. ¿Cómo lo véis?
¡Bien! Si, mejor sería quien quiere entrar en la cadena y que empiece uno y que luego diga quien quiere que siga y punto. Podemos postear una entrada para que se apunte todo el que quiera, que lo diga en los comentarios. Si quieres yo mismo lo pongo.
Pos fale, Ismael. Me parece de perlas.