Parábola del aire y paráfrasis del viento
eres tú
silenciosa compañera
hipérbole de mi verbo…
Eres la tilde dulce
que pones sobre mi acento
el signo más destacado
de mi leve pensamiento.
Por eso, entre comillas,
despacito yo te cuento:
“!Cuánto te amo pequeña
princesa de mi sentimiento!”.