Paseando con la luna

Desnuda y plácida en medio de tu cama de seda negra, te mueves silenciosa cruzando por Aries y Piscis, de vez en cuando cubres tu figura con suaves linos, envolviéndote en ellos y jugando, seduciéndonos, para soñar contigo, para dormir con la ventana abierta. Desde donde estoy me baño en la luz de tu piel virgen, misteriosa dama sin acompañante, exquisita amiga de bohemios, vagabundos, poetas y viñedos. Hechizas mi mirada, inundas en paz mi espíritu cuando escucho tus palabras calladas, confortando mis tribulaciones en tu sencillez. Tomemos un coctel de estrellas, hablemos con los ojos, recostémonos a los anillos de Saturno y besémonos a la orilla del cálido sol. Quiero bailar contigo la última balada de la noche, acabar rendido en las montañas que te reciben, desde donde esperaré la próxima luna llena.

4 comentarios sobre “Paseando con la luna”

  1. La Luna, ¡la Luna! Don Boni de espalda a la hierba espía los calzones a tan blanca damisela. Un curro, un zángano y ¡mola! poéticas exhalaciones conque rocíale la faz llena y rellena bota que bota a caer en el vado. Pero de medio perfil, esquiva soterránea del día, acuchara penas a moros almados que sin comer se acuestan.

  2. La Luna, ¡la Luna! Don Boni de espalda a la hierba espía los calzones a tan blanca damisela. Un curro, un zángano y ¡mola! poéticas exhalaciones conque rocíale la faz llena y rellena bota que bota vaya’caer en el vado a su lado. Pero de medio perfil, esquiva soterránea del día, acuchara penas a moros almados que sin comer se acuestan.

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