Pico della Mirandola (24 de febrero de 1463-17 de noviembre de 1494) nació en Fossa, cerca de Módena, en el seno de una familia de señores feudales de una pequeña región de la provincia de Emilia-Romaña. Filósofo y humanista, se caracterizó por su interés en conciliar la religión, la filosofía y la magia como consecuencia de sus estudios y viajes por muy diferentes partes del mundo entonces conocido. Gran amigo de Savonarola, quién ofició en su entierro, fue protegido por Lorenzo de Médicis. Poseyó una de las mayores bibliotecas de la época, que legó a un amigo con la condición de no cederla a ningún convento. Fue un detractor de la astrología, que a su juicio condicionaba el libre albedrío del ser humano.
La intención de Pico della Mirandola era demostrar que el cristianismo podía ser el punto de convergencia de las tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y teológicas más diversas, mediante novecientas tesis que deseaba fuesen debatidas públicamente con eruditos de todas las tendencias. Un ejemplo es esta interpretación de la creación basada en el Génesis y el Timeo de Platón, en la que Dios se dirige al proyecto de criatura que tiene una vez completada la creación del mundo y le dice: “No te he dado una forma, ni una función especifica, a ti, Adán. Por tal motivo, tendrás la forma y función que desees. La naturaleza de las demás criaturas, la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitaciones según tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tu entorno. No te he hecho ni mortal ni inmortal. Ni de la tierra ni del cielo. De tal manera que podrás transformarte en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de la existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos.” Otra de sus novecientas tesis era “Un pecado mortal de duración finita no merece un castigo eterno, sino temporal.” Trece de esas tesis fueron consideradas sospechosas de herejía por el Papa, que prohibió seguir con el debate.
En la Oración de la Dignidad del Hombre (1486), que acompañaba a sus novecientas tesis, Pico justificó la importancia de la búsqueda de conocimiento del ser humano dentro de un marco neo-platónico. Escribe: “La vocación humana es mística es cuanto que ha de ser realizada siguiendo una vía de tres etapas, que comprende necesariamente la transformación moral, la búsqueda intelectual y la perfección final en la identidad con la absoluta realidad.”
Pico murió en circunstancias misteriosas y se rumoreó que alguien próximo a él podría haberle envenenado. Fue enterrado en la Basílica de San Marcos, en Florencia, donde vivió los últimos años de su vida. En 2007 fue exhumado su cuerpo y el de su amigo Antonio Poliziano, realizándose pruebas forenses que acabaron dando como resultado la existencia de arsénico y plomo en ambos cuerpos, probablemente administrado por el propio secretario de Pico, quizá por orden de Piero de Médicis, sucesor de Lorenzo “el Magnífico”.
Excelente investigación, compañera. Pico de la Mirandolla fue verdadermaente uno de los personajes más curiosos del Renacimiento.