Piensa tranquilamente y lo verás

Piensa serenamente y lo verás. Que no son los milagros religiosos de los paces y los panes sino los cotidianos y humanos milagros de un par de helados tomados en el paseo del Pintor Rosales de Madrid los que, acompañados eso sí de mirada limpia y de corazón sincero, inventar amores en los atardeceres de los tórridos veranos y los hacen realidad.

Piensa serenamente y lo verás. No es la Pasión Semanasantera de cruces y crucifijos (unos hacia arriba y otros hacia abajo, que de todo hay en esas viñas de los señores…) sino la Pasión del “carpe diem” simplemente humano.

Piensa serenamente y lo verás. No son zorros ni zorras sino hombres y hembras de hombres quienes comen panes y peces que no se han multiplicado sino que han sido compartidos con el esfuerzo diario del trabajo y la fatiga, que no son zorros ni zorras sino hombres y hembras de hombres los que beben vino o agua sin haber convertido uno en el otro o viceversa, porque el agua que toman la han obtenido de la fuentecilla del parque, la que está situada en la sombra del sauce, y el vino que beben es de la bodega del señor Bazán, el de Lavapiés, Vallecas, Latina, Vistillas, Arganzuela, Ciempozuelos o Carabanchel…

Piensa serenamente y lo verás. No son ángeles los pájaros de plata (sino simplemente alondras del pueblo), no son palmas de domingo de ramos que dije palmeras… eso es… palmeras de bella columnata para descansar… y no son la paz de algún único Cielo, sino la de los cielos, los mares y las tierras de Vorem. Igual ocurre con todas las demás P que, posiblemente se me hicieron mayúsculas (y eso te asustó bastante) porque quise demostrarte que existe el País de la Poesía donde incluso el órgano sexual masulino se llama Falo (que es nombre de varón).

Piensa serenamente y lo verás…

!Un saludo, Alcohol!.

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