¡Capitán! Las olas son demasiado fuertes, ¡la nave no resistirá mucho más! –Gritaba un marinero- ¡No debimos haber enfrentado aquel barco de la realeza si sabíamos que era una zona de tormentas!
La voz del marinero era casi inaudible debido a los truenos, la gran cantidad de lluvia que caía sobre el barco y a los gritos de otros, que intentaban desesperadamente estabilizar las velas del barco.
-¡Ayy! ¡Que le pasa vieja loca deje de pegarme!, –Decía Loki mientras se levantaba y se cubría la cabeza de los golpes que le estaba propinando una señora, dueña del pórtico en el que se había quedado dormido. -¡Guambrito vago! ¡consíguete una casa o al menos anda a dormir en el parque!
Ahí estaba de nuevo, bajando la cuesta, de un barrio muy sencillo, otra vez se había quedado dormido en el pórtico de una casa, y había tenido el mismo sueño de otras veces. Su nombre era Loki, nada más. El tenía ese nombre sin saber cuando lo consiguió, aunque algunos decían que ese es su nombre porque era amigo del “viejo loco de la imprenta. Era un joven muy astuto, o mejor dicho “vivo” de pelo negro oscuro y tez mestiza, sin educación, pero “Don José”, o como todos le conocían “el viejo de la imprenta”, le había enseñado a leer y a escribir, el siempre le contaba historias sobre los viajes a través del globo que el había realizado los cuales a Loki siempre le habían parecido fascinantes. Loki llego al inicio de la bajada y ahí esta su amigo, Jacinto, limpiando carros buscando que alguno de los conductores le diera una moneda.
-¡Qué fue loco! ¿Qué haces? ¿Qué tal de peladas Loki? –los saludos de Jacinto siempre eran muy enérgicos -Aquí no más, otra vez me quedé dormido en la puerta de una casa.
-Oye loco, vos no te cansas de que te saquen a palazos de una casa ¿no?
-No, digo sí… digo… ¡ay bueno! tú me entiendes, la cosa es que la vieja Lucha estaba mas cabreada que nunca.
-Oye loco, pero ya hace hambre´f ¿qué hora es?
-Hecho el vivo estás ¿no? ¿No ves tremendo relojazo que tengo? Pero vamos de todas maneras a la plaza, que ahí sabe estar esa doña que nos da chance caramelos si le ayudamos a vender.
-¿Y yo soy el vivo no? No ves que es domingo, y esa man no vende los domingos.
-Claro, con la plata que se debe hacer la vieja. Entonces ¿a dónde vamos?
-Debe ser más o menos medio día, -dijo Loki con cara de pensativo- así que tenemos que ir al parque, porque en domingo y a esta hora, medio mundo sale a mucharse, y si les jodemos un chance a las parejas, de ley que nos dan plata para irnos.
Dicho esto, los dos se dirigieron al parque, en el cual , como era de esperarse, encontraron muchísimas parejas haciendo lo que hacen las parejas en los parques, tal como había predicho Loki. Consiguieron unos 11 dólares mas o menos, que eran como 11 almuerzos.
Ambos se dirigieron a un restaurante cerca de la plaza á un local llamado “Los Almuerzos de a dólar de doña Meche”, mientras comían tocaron el tema de “Don José”
-Oye, ¿oíste la última del man de la imprenta?
-¿Don José?
-Sí, sí, ese man, por ahí me contaba “el negro” (otro amigo de Loki y Jacinto) que dizque el empleado que tiene, como es medio… “miau miau” ¿si entiendes lo que eso no?
-Cara de gil no mas tengo ve, pero no soy.
-A nof, perdon al señor inteligente, bueno como sea, dizque le había convencido de ponerse un cafenet.
-Claro, Pero… ¿no se necesita saber de compus para ese chistecito?
-Dicen que si, pero un chance no mas, de ahí el resto sale por higiene.
-Oye, bien que me haces acuerdo, tengo que pasarme por ahí para trabajar un chance y que Don José me deje dormir en la imprenta.
-Bueno, bueno, y de paso le preguntas si es verdad lo de los cds y le dices que te enseñe.
Jacinto regresaba a la calle del norte de la plaza a seguir limpiando parabrisas, mientras que Loki se dirigía para la imprenta de Don José. Cuando se acercaba a la imprenta notó que ya no decía “Imprenta para todo tipo de trabajos escritos” sino que en el letrero ahora decía, “Imprenta + Cafenet = Imprenet” y estaban escribiendo la palabra “Bienvenidos” en las ventanas de la puerta principal.
Sin embargo parecia que no mucha gente elegante iba a frecuentar el nuevo local cuando Loki se fijo en la nueva gente que pasaba frente a la imprenta, se dio cuenta de que ya no eran los mismos veteranos, de terno que encargaban trabajos “finos” en papeles carisimos con nombres tan raros que ni pronunciar podian, ahora eran unos jovenes y unos chinos, que, según oyó Loki cuando se disponia a entrar, se morian por jugar algo llamado “DotA” en el nuevo café net, que aparentemente tambien era una imprenta.
Tiempo despues aprendió finalmente lo que era el famoso “DotA” en el cual llego a ser muy bueno y hasta a participar en torneos que Don Jose organizaba (claro esta que estos traían mas clientes y dinero) representando a la imprenta, se gano el reconocimiento de mucha gente, y aprendio una leccion muy valiosa “Siempre que un chino o alguien de raza asiatica te rete a una partida de cualquier juego de video, no aceptes, pues son los mejores y mucho mas si han entrenado (esta en los genes) “ pero eso es otra historia.
Finalmente Loki entró a la imprenta donde encontró todo cambiado, yl sintió cierto disgusto ya que siempre había disfrutado la forma en que Don José había ordenado la imprenta, sin embargo le pareció interesante este nuevo concepto de “Imprenet”.
-Oiga Don José, medio tranfugo esta esto del imprenet…
Don José era un hombre de edad avanzada, con el pelo gris como ceniza y una larga barba blanca la cual, según él, le daba buena suerte, siempre estaba vestido de manera simple, porque a él no le interesaba, ropa elegante ni zapatos de marca, porque en verdad no tenia nadie a quien impresionar. Pero aun así, el si impresionaba cuando se ponia serio, con un terno elegante y se peinada de forma especial.
-¡Ah!, ¿osea que ya sabías?
-Por ahí me contaron las malas lenguas que dizque el “Miau Miau” le había estafado.
-No, no me estafó, al principio a mi tampoco me convencía mucho la idea de un cafenet, pero de ahí el “Miau” me llevo a ver como les iba a otros, y a unos dos o tres a los que fuimos, había gente a full… como dios manda…
-Oiga Don José, no sea sapo, el “como Dios manda” me lo invente yo, y ahora da que todo mundo dice eso, respete el… ¿como se dice?… ¡derecho de autor!
-Uuuuuu… Loki, eso del derecho de autor aquí no vale nada, no ves que aparte de “cafenet – imprenta” también es tienda de discos.
-¿Ah si? y ¿eso qué tiene que ver?
-¡Guambra shunsho! no ves que si vendiera cds originales sería carísimo y nadie comprara, entonces toca piratearles para poder venderles más barato.
-Y ahora que se esta modernizando, ¿qué voy a hacer yo´fs?
-Vos vas a copiar los cds originales, imprimir la carátula, y poner en los estantes.
-Bueno eso de poner en los estantes e imprimir la carátula si se hacer porque usted me enseñó, pero y eso de copiar los cds. ¿Como se hace?
-¿Tienes algo que hacer en la tarde?
-No… la verdad es que no…
-Entonces hoy tarde te enseño, y de paso te quedas aquí la noche para que practiques, ¿te parece?
.Ya´f Don José,
-Hasta conectar la compu, ayúdame a arreglar unas cosas por acá.
Al Día siguiente Loki se despertaba en la imprenta, con su mente llena de nueva información sobre la piratería, aunque para el, la primera cosa que se le venia a la mente cuando escuchaba la palabra “pirata” era una bandera negra con un cráneo y dos fémures cruzados o una pelea de barcos en la cual el uno es el bueno y el otro el malo, este nuevo aspecto le la piratería le gustaba mucho mas. Al día siguiente decidió que tal vez era una buena idea, “quemar” unos pocos discos y venderlos en la plaza, ya que de todas maneras, nesecitaba un poco de plata para “los chicles”.
Grabó unos pocos discos y se dirigió hacia la plaza, en donde se hacían todos los negocios. Logró vender unos cuantos, pero antes de que pudiera seguir un grupo de policías se le acerco.
-Oye tu, ¿Qué haces aquí?
-¿Yo?… nada… vendiendo unos dos que tres cds…
-¿Ah si? ¿qué estas aquí? hecho el varón, hecho el afrentoso ¿qué te pasa? ¿¡Ah!?
-¿Qué?
-Y encima pirateados han de ser ¿no?
-Bueno, yo creo que lo mejor es que confisquemos la mercadería –dijo uno de los policías, con una sonrisa ambiciosa –
-¿¡Qué!? Ustedes no pueden hacer eso.
-¿Ah no? ¿Y qué vas a hacer al respecto?
Súbitamente, Loki empezó a correr en dirección a la parte comercial de la plaza, en donde se encontraba la imprenta (aunque estaba un tanto apartada del resto de locales), mientras hacia esto, recordaba lo que una vez Don José le había dicho.
Un día hablando de magia, Loki preguntó sobre los magos que él una vez había visto en la televisión que había en la imprenta, Don José le explicó, que uno de los mayores trucos era el mover una mano para llamar la atención, y mover la otra discretamente. Entonces todo lo que Loki debía hacer era encontrar una distracción, y así él podía correr hasta la imprenta.
Entonces, vió que en uno de los locales de la plaza, había un hombre parado frente a una vitrina esquinera. La vestimenta y la cara de aquel hombre, eran dignas de un lardón, así que sería una gran distracción Rogando porque aquella distracción fuera suficiente, y mas importante, que funcionara, corrió por frente al hombre y golpeó con el puño el vidrio de la vitrina el cual se trizo y finalmente se rompió, pero Loki se lastimo gravemente por haber hecho eso, por suerte, la distracción funciono, y pudo llegar a la imprenta dejando atrás a los policías.
-Hola Loki, por fin lle… ¿¡Qué te paso en la mano!?
-No es nada Don José, un rasguño, nada más.
-¿Un rasguño? Hijito si hasta parece que hay algunos vidrios clavados… yo creo que deberías ir a un hospital a que te saquen los vidrios y te curen esa mano.
-¡Uy si! Con la mucha plata que tengo, y con la buena pinta que doy… además, ¿Qué les voy a decir si me preguntan cómo me hice eso?
-La vedad ni yo no se como te hiciste eso, pero me lo cuentas en el carro, ahorita lo más importante es llevarte al hospital
En el camino al Hospital, Loki, le contó a Don José todo lo ocurrido con los policías y como había escapado. A lo cual Don José quedó muy sorprendido.
Una vez en el hospital, dijeron que lo mejor seria que Loki se quedase unos días para poder observar la herida.
El día que Loki salió del hospital, se dirigió hacia la imprenta, buscando a Don José, y lo encontró sentado hojeando unas hojas de letra pequeñita y al parecer no muy divertidas.
-Buenas… -Dijo Loki de una manera tímida-
-Oh, hola Loki, pasa, pasa te estaba esperando.
-¿Esperándome? ¿A mi? ¿Y como asi´f?
-Sabes, -dijo Don José despacio- mi esposa y yo no tenemos hijos… y… desde el día que entraste al hospital, dejando de lado tu orgullo y dejándome llevarte… empecé a pensar en lo que pasará con mi negocio cuando yo me vaya. Después de todo, no tengo hijos, ni sobrinos… y mis empleados, bueno, ellos no son la clase de persona que yo quisiera que dirigiera algo en lo que he trabajado toda mi vida.
-Oiga, no se ofenda, pero ¿puede ir al punto?
-No seas impaciente. Lo que quiero decir es que, si tú quieres, mi esposa y yo podríamos adoptarte…
Fue así como con el pasar del tiempo y cuando Don José ya se había ido, Loki, quien ahora ya tenía apellido, se convirtió en quien siempre había soñado ser, porque ahora el se dedicaba a la piratería y también imprentero, se había dejado la barba igual que Don José, y le podía contar a sus hijos, las mismas historias, pero a ellos les gustaba especialmente una. La de cómo el se convirtió en un pirata de barba blanca igual que Don José.