Por caminar por veredas izquierdistas
terminé en contra de ideas fascistas
acabé por concluir que son lo mismo
políticos con oscuros lados de cinismo.

Anduve por la acera del cantautor
me topé con un alma libre anarquista
pero unos pasos allá hubo un cantor
que decidió hacerse monje budista.

Todos y cada uno con su poesía
buena, mediocre y mala filosofía
también héroes libertarios en su totalidad
todos morían y vivían sin espiritualidad.

Casi todos buscaban en el mundo
razones para hacerlo más profundo
sin éxito más que su propia recompensa
sin saber que sólo Cristo lo compensa.

Canciones y coplas de muerte oía
hermosos himnos a la bella mujer
exabruptos, un tango que hería
sinrazones, el humano no sabe ser.

Y toda esa cursilería la podía invertir
en loar y alabar a mi dulce Señor
el único que nada más me iba a pedir
sólo me daría misericordia y favor.

Ahora descanso en paz y sosiego
y puedo apreciar las voces aprendidas
sin endiosarlas, ni sumarlas a mi ego;
hoy las encasillo como vías recorridas.

Todos los caminos me conducen
ya, pecado, tú no me seduces
tanto que en mi velador yo puse
para recordarte subjetivas cruces.

Así que Pedro, Javieres, Joaquín y Leonard
no hicieron más que las películas y libros
Chicho, Gil, Luis y Víctores con Bertrand
desistieron del humanismo con que vibro.

Y un buen día dijeron mi alma y Facundo
cuando digo “yo soy” estoy diciendo Tú eres;
y “Dios le pague” profirió un brasilero fecundo
reconociendo de esta tropa, sólo soy alférez.

PARA MI RAZÓN DE SER…